Gareth Bale señala a Mbappé y Vinicius tras la derrota del Real Madrid ante el Liverpool en Anfield y reabre el debate del ‘9’

El exjugador del Real Madrid critica la falta de desequilibrio en banda y sugiere que el equipo necesita un delantero centro puro

Hay noches europeas que pesan más que otras. Y la del Real Madrid en Anfield, ante el Liverpool, fue una de esas en las que el ruido deja cicatriz. Tres frases resumen el golpe: el equipo no tuvo colmillo, los extremos no fueron determinantes y la presión inglesa hizo temblar cada ataque blanco. Entre ese panorama, apareció una voz autorizada: Gareth Bale. El galés, leyenda reciente del madridismo, fue directo al analizar la derrota: “No hemos visto a Mbappé y a Vinicius hacer magia”.

La crítica sorprendió porque Bale no suele entrar al barro mediático. Pero esta vez lo hizo sin filtros. En un partido donde los blancos estaban obligados a aparecer, Kylian Mbappé y Vinicius Junior se quedaron sin brillo. Sin desborde. Sin ese algo que durante años salvó partidos imposibles, sobre todo en la UEFA Champions League, el territorio donde el Madrid suele parecer inmortal. Anfield apagó la luz, el Madrid no supo encenderla y Bale lo explicó a su manera: fría, directa y sin azúcar.

Bale critica la falta de chispa de Mbappé y Vinicius contra el Liverpool y apunta a los problemas del ataque blanco en Anfield

“Ha sido decepcionante que en el último tercio no haya habido esa calidad que esperas de los jugadores del Real Madrid”, afirmó. No fue una frase suelta. Fue un diagnóstico. Porque el Liverpool defendió alto, presionó con agresividad, y aun así ni Mbappé ni Vinicius se atrevieron a romper líneas con la insistencia habitual.

Bale continuó: “A veces necesitas ir y probar al defensa. Son más rápidos que cualquiera sobre ese campo”. Lo dijo alguien que vivió toda su carrera de eso: encarar cuando nadie más quería. Al lector le puede sonar simple, pero en partidos así, el detalle cambia el destino. Si los extremos no desequilibran, el Madrid se vuelve previsible. Es lo que pasó. El equipo llegó, pero sin poesía. Y sin poesía, el Madrid es un equipo terrenal.

Y en su comentario llegó el dardo elegante: “Quizá no había nadie en el área esperando los centros. Quizá necesitas un ‘9’”. Ese “quizá” fue mucho más que una palabra. En el Bernabéu hace tiempo que flota la misma pregunta: ¿puede este equipo vivir solo con extremos que rompen, mediocentros que llegan y sin un delantero de área que dicte miedo? Frente al Liverpool, la respuesta fue dolorosa: faltó alguien que remate esos balones que antes Benzema convertía en oro.

El debate del delantero vuelve a escena mientras el Real Madrid busca recuperar su versión más salvaje en Champions

No es casualidad que Bale lo dijera precisamente tras un partido grande. El Madrid puede ganar sin dominar, sin jugar bien, sin merecerlo… pero no puede hacerlo sin pegada. Y la pegada vive en los extremos, sí, pero también en el tipo de delantero que empuja a los centrales hacia atrás y obliga a defender el área. Sin esa figura, al rival le falta miedo. Y cuando no hay miedo, todo se complica.

La realidad es que Mbappé y Vinicius no pueden ser brillantes todos los días. Hasta los mejores tienen noches vacías. Pero lo que preocupa es que quedaron sin alternativas. Sin centros rematados. Sin segundas jugadas. Sin alguien que oliera sangre en el área. El fútbol del Madrid necesita ese elemento irracional: el gol inesperado, el remate incómodo, la volea que nadie vio venir.

Bale no hizo un juicio destructivo. Lanzó una advertencia. Como quien sabe cómo funciona ese vestuario. Como quien recuerda que el fútbol del Real Madrid siempre se ha construido con talentos que rompen partidos: él mismo, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Luka Modric, Vinicius, Mbappé… todos distintos, pero letales.

Tras la derrota, el discurso fue sencillo: hay margen, hay calidad y hay Champions para arreglarlo. El Madrid es el Madrid. Pero si alguien como Bale dice que faltó magia, es porque la magia realmente no apareció.

Y en Europa, sin magia, nadie sobrevive mucho tiempo.