El primer Clásico de Xabi Alonso llega marcado por las bajas, la irregularidad y la necesidad de un golpe de autoridad
El Clásico de este domingo entre Real Madrid y FC Barcelona (21:00h, Santiago Bernabéu) se presenta como un punto de inflexión en la temporada. Para los blancos, será el primer gran examen de Xabi Alonso desde su llegada al banquillo; para los azulgranas, una oportunidad de recuperar terreno tras un inicio irregular bajo el mando de Hansi Flick. Ambos equipos llegan con dudas, con más incógnitas que certezas, y con la presión de un duelo que puede cambiar la dinámica de todo un curso.
Un Real Madrid en cuadro defensivo y sin un once claro
El Real Madrid afronta el partido en emergencia defensiva. La lista de bajas es extensa: Dani Carvajal, Antonio Rüdiger, Ferland Mendy, Dean Huijsen, Trent Alexander-Arnold y David Alaba siguen fuera por lesión, y Raúl Asencio podría sumarse tras retirarse en el tramo final del partido de Champions ante la Juventus con molestias musculares.
Con este panorama, Xabi Alonso deberá improvisar una zaga inédita. Todo apunta a que Valverde y Fran García actuarán como laterales, mientras que Militao, recién recuperado, y Tchouaméni o el canterano Carreras ocuparán el eje central. “Alguien jugará fuera de posición”, reconocen fuentes próximas al cuerpo técnico, conscientes de que las circunstancias obligan a ajustes drásticos.
A pesar de las limitaciones, el técnico donostiarra ha logrado que el equipo muestre una defensa más adelantada y valiente, con mayor presencia ofensiva desde la salida de balón. No obstante, la falta de efectivos y la sobrecarga de minutos pueden pasar factura ante un Barça que llega con todos sus atacantes disponibles.
Un Madrid irregular y un Barça con el antecedente favorable
En lo futbolístico, los blancos siguen siendo un equipo de luces y sombras. Individualidades como Kylian Mbappé o Arda Güler mantienen un nivel alto, pero el conjunto todavía no ha alcanzado una regularidad colectiva. La derrota ante el Atlético en el Metropolitano la dolorosa “manita” sigue pesando, y los dos últimos triunfos en Champions se sustentaron más en las paradas salvadoras de Thibaut Courtois que en un dominio real del juego.
El FC Barcelona, por su parte, afronta el encuentro con la confianza que da haber ganado los cuatro Clásicos del curso pasado. Hansi Flick ha logrado estabilizar la presión alta y reactivar la agresividad en campo rival, aunque el equipo aún no ha encontrado fluidez en ataque. El técnico alemán conoce bien las debilidades estructurales del Madrid, especialmente cuando debe replegar sin centrales naturales.
Intensidad, clave en el partido más importante del curso
Más allá de los sistemas, el Clásico será una cuestión de energía y mentalidad. Xabi Alonso sabe que su proyecto necesita un triunfo simbólico para afianzarse y ganar crédito ante la afición. El Barça, en cambio, llega con la misión de ratificar su dominio reciente y evitar que el Bernabéu recupere confianza.
El duelo promete emociones, tensiones y un alto componente táctico, pero sobre todo será una prueba de carácter. Un Clásico que puede relanzar a uno… y dejar al otro en plena tormenta.