Una batalla desigual se avecina en Anoeta: la Real Sociedad, necesitada de oxígeno tras un arranque titubeante, recibe a un Real Madrid que llega invicto y con la autoridad del líder
El calendario ha querido que el Estadio de Anoeta, siempre tan elegante como traicionero, se convierta este sábado 13 de septiembre en un escenario de contrastes. De un lado, la Real Sociedad, que aún no ha probado el dulce sabor de la victoria y carga con dos empates y una derrota. Del otro, un Real Madrid que avanza con paso marcial, acumulando nueve puntos y la incómoda sensación de que tarde o temprano alguien intentará frenar su marcha. Dos trayectorias opuestas que se cruzan a las 16:15 horas, en la cuarta jornada de LaLiga, como si fueran dos trenes, uno a máxima velocidad y otro buscando desesperadamente arrancar.
El partido promete esa mezcla tan adictiva de intensidad y nervio, donde cada ajuste táctico será como una partida de ajedrez jugada a ritmo de tambor. La Real se aferra a su estadio y a su afición, mientras que el Madrid llega con la confianza inflada y, paradójicamente, con la fragilidad de las bajas. La pregunta flota en el ambiente, ¿Será Anoeta un refugio para los necesitados o un escaparate para los poderosos?
Real Sociedad: entre las bajas y la urgencia de un plan
El equipo dirigido por Sergio Francisco se encuentra atrapado en una especie de paradoja cruel, necesita resultados inmediatos, pero los recursos se le caen como piezas de dominó. Yangel Herrera, indispensable en el engranaje del mediocampo, no volverá hasta octubre por sus problemas en los isquiotibiales. Iñaki Rupérez se queda fuera por una lesión de menisco y la duda de Orri Steinn Oskarsson obliga a imaginar un ataque liderado por Oyarzabal, que vuelve a convertirse en ese bombero eterno al que llaman cada vez que hay fuego.
La pizarra de Francisco exige imaginación. Brais se perfila como faro en el mediocampo, mientras que en los laterales se barajan combinaciones entre Aramburu, Aihen y Sergio Gómez, con la posibilidad de que Arizt aparezca si el cansancio obliga a rotaciones. La defensa también genera incertidumbre, ¿Zubeldia con Jon Martín o con Caleta-Car? Anoeta observa con sus graderíos expectantes y con un suspiro colectivo que se parece demasiado a una súplica, reaccionar antes de que la temporada se complique.
Real Madrid: solidez con heridas ocultas
En la otra trinchera, el Real Madrid llega con la serenidad que otorgan tres victorias consecutivas, pero también con la incomodidad de las lesiones que obligan a ajustar cada pieza como si fueran engranajes de un reloj suizo al que le faltan tornillos. Jude Bellingham sigue fuera tras su operación de hombro, mientras que Endrick y Ferland Mendy arrastran problemas musculares que los condenan al dique seco hasta finales de mes. Camavinga, siempre tan necesario, aún depende de la evolución de su tobillo. Una plantilla de lujo, sí, pero con el recordatorio de que hasta los gigantes tropiezan cuando pisan en falso.
Xabi Alonso, consciente de que la Champions asoma por el horizonte, deberá dosificar energías sin perder la autoridad en LaLiga. Militao, Rodrygo o Alexander-Arnold, jugadores que descansaron del desgaste internacional, parten con ventaja para ser titulares, mientras que Ceballos podría entrar como ese comodín que refresca y descoloca rivales. Para el Madrid, el duelo no es solo un trámite, es la confirmación de su jerarquía en un campo donde la Real se juega, nada menos, que la dignidad y el aire.