Sergio Francisco se la juega tras el parón. El entrenador necesita sacar buenos resultados para consolidar su proyecto.
La Real Sociedad encara el parón de selecciones en una situación delicada: penúltimo en LaLiga con apenas cinco puntos de veinticuatro posibles tras la derrota ante el Rayo. Más allá de los números, las sensaciones son preocupantes, y el club ha decidido, por el momento, dar un margen de confianza a Sergio Francisco para que enderece el rumbo del proyecto. Ayer se celebró un Consejo que dejó claro que no habrá decisiones drásticas inmediatas, aunque la presión es evidente: si ante Celta, Sevilla o Athletic (el clásico) no llega la reacción esperada, habrá veredicto condenatorio.
Mientras tanto, Sergio dirigió una nueva sesión en Zubieta con los jugadores que se quedaron tras la convocatoria de selecciones. El técnico irundarra aseguró sentirse con fuerzas tras el traspié del domingo y recalcó su compromiso con el trabajo diario. De momento, la hoja de ruta depende de su criterio, aunque la situación actual exige reflexiones más profundas, con la sombra de Imanol Alguacil aún presente desde el inicio de su ciclo. Aunque cuenta con el aval del mundo txuri-urdin, en las gradas comienzan a impacientarse.
El clásico podría ser la sentencia final
Sergio está en el punto de mira, y solo resultados positivos podrán darle una sobrevida en Anoeta. Los siguientes compromisos de los txuri-urdin cuando vuelva LaLiga: Celta en Balaídos, Sevilla en casa y luego el duelo frente al Athletic, también en su estadio. Si logra salir airoso de esa seguidilla, al siguiente fin de semana visitará el Martínez Valero. El panorama es complejo, pero en el fútbol no hay nada escrito. El sucesor de Alguacil tiene confianza en dar vuelta la situación.
Confianza también tiene Aperribay, pero las cifras no mienten. Desde el ascenso con Martín Lasarte en 2010, la Real Sociedad ha pasado por una sucesión de entrenadores que refleja la búsqueda constante de estabilidad: además del uruguayo, han dirigido al equipo Montanier, Arrasate, Asier Santana de manera interina, David Moyes, Eusebio Sacristán, Asier Garitano, Imanol Alguacil y ahora Sergio Francisco. Mientras algunos, como Lasarte, Montanier e Imanol, finalizaron sus etapas al término de la temporada, otros como Arrasate y Moyes fueron cesados tras malos arranques que dejaron al equipo en zona de descenso.

Erik Bretos, partícipe necesario del mal momento
La Real Sociedad perdió en los últimos años a jugadores clave como Le Normand, Merino o Zubimendi, y sus sustitutos no pudieron cubrir esos huecos. Algunos fichajes prometían mucho, pero apenas rindieron en el césped. En este inicio de temporada, solo Sergio Gómez mostró un paso adelante, mientras Sucic, tras lesionarse, no recuperó su nivel. Zakharyan encara su tercera campaña sin definir su impacto, y Javi López sigue sin minutos en cuatro partidos.
La planificación de la dirección deportiva no acertó ni en el perfil de los refuerzos ni en la integración de los canteranos llamados a asumir protagonismo. Barrenetxea dejó destellos de calidad, pero la brecha entre los fichajes de la era Imanol, como Monreal, Odegaard o Isak, y los incorporados en los últimos años es evidente. Si las nuevas piezas no comienzan a marcar diferencias, la Real seguirá afrontando un camino sinuoso que tendrá como primer fusible al entrenador.




