La Real Sociedad recupera al lateral… o al menos su sombra
Hay regresos que levantan pasiones y otros que apenas despiertan un suspiro de esperanza contenida. El de Álvaro Odriozola, a estas alturas, pertenece al segundo grupo. El lateral guipuzcoano ha vuelto a entrenar con el grupo y podría entrar en la convocatoria para visitar al Atlético de Madrid. Una noticia que, en otro contexto, sería recibida con entusiasmo. Pero esta temporada, las noticias sobre Odriozola suelen venir acompañadas de una cláusula de precaución: “si no recae”.
Ocho partidos. Eso es todo lo que ha podido jugar en esta temporada marcada por la intermitencia y el calvario muscular. Desde el 30 de enero, cuando apareció fugazmente contra el PAOK en Europa League, no ha vuelto a pisar el césped en competición oficial. Lo suyo no ha sido una temporada, sino una sucesión de pausas. Un juego de sombras entre la camilla y la banda.
¿Volver… o resistir?
El técnico Imanol Alguacil ha vuelto a contar con él en los últimos entrenamientos, junto a otro que también sabe lo que es vivir al margen: Igor Zubeldia. Ambos podrían estar disponibles para el duelo en el Metropolitano. Aunque, en el caso de Odriozola, disponible es un verbo que últimamente se conjuga con muchas reservas.
El lateral lleva semanas buscando algo más valioso que minutos: continuidad. Recuperar sensaciones. Sentirse jugador antes de que la temporada se escape sin dejarle ni una muesca digna en la estadística. Porque si hay algo que duele más que perder un puesto, es no haber podido siquiera pelearlo.
De promesa a incógnita
Hace tiempo que Odriozola dejó de ser una promesa. No porque haya fracasado, sino porque el tiempo —y el cuerpo— han dejado de darle tregua. Desde aquellos 27 partidos con la Fiorentina en 2021/22, no ha vuelto a encadenar una temporada completa sin sobresaltos. En la Real, donde volvió para reencontrarse con sus orígenes, apenas ha podido demostrar que sigue siendo ese lateral con velocidad de galgo y alma de extremo.
Ahora, en esta recta final, su reto no es brillar. Es simplemente estar. No volver a la enfermería. No desvanecerse otra vez. El fútbol, a veces, se vuelve un ejercicio de resistencia antes que de gloria.

Una convocatoria que dice más de lo que parece
La posible vuelta de Odriozola —al igual que la de Zubeldia— es también una metáfora del momento de la Real: un equipo que intenta recomponerse, que espera recuperar piezas y oxígeno para afrontar el último tramo de la temporada. Sin Sheraldo Becker, Orri Oskarsson ni Zakharyan en el entrenamiento del jueves, la plantilla se mueve entre dudas físicas y esperanzas tácticas.
Y mientras tanto, Odriozola sigue en su batalla silenciosa. No por la titularidad, ni siquiera por los focos. Solo por ese instante en el que vuelva a sentirse parte del juego, con los tacos bien clavados en el verde y las dudas, por fin, en la grada.