Kodro y Dani Gómez recuperan el espíritu de Diego Milito y Ewerthon en La Romareda

El Real Zaragoza prepara un regreso al ataque clásico con dos delanteros en punta. Gabi ensaya con Dani Gómez y Kenan Kodro como referencias ofensivas, buscando recuperar la pegada y la ilusión que un día ofrecieron jugadores como Milito y Ewerthon

El fútbol tiene una memoria selectiva, olvida derrotas con la rapidez de un relámpago, pero guarda con obstinación aquellas noches de gloria en las que un estadio entero parecía desafiar la lógica. La Romareda sabe de esas noches. Durante años, los nombres de Diego Milito y Ewerthon fueron sinónimos de pólvora y esperanza, un dúo ofensivo que convirtió la incertidumbre del gol en una rutina casi doméstica. Ahora, tras un largo letargo, el Real Zaragoza amenaza con desempolvar ese viejo manual de romanticismo futbolero, dos delanteros en punta.

La apuesta no es un simple gesto táctico; es un guiño a la historia y, de paso, un recordatorio de que la melancolía puede ser combustible para el presente. Gabi, consciente del hambre de la grada, prepara un once donde Dani Gómez y Kenan Kodro serán los elegidos para encarnar el regreso a la dualidad ofensiva. Ya coincidieron brevemente en Valladolid, un ensayo de apenas veinte minutos que bastó para encender la imaginación de los nostálgicos. El próximo examen, sin embargo, será mucho más exigente, hacerlo ante su gente y con La Romareda aguardando señales de resurrección.

Dani Gómez: un delantero en estado de gracia

El gran protagonista de este renacer ofensivo es Dani Gómez, quien atraviesa un momento tan luminoso que parece inmune a la ley de Murphy futbolística. Fue determinante ante el Valladolid y volvió a marcar frente al Castellón, incluso partiendo desde el banquillo. Esa mezcla de eficacia y resiliencia lo ha convertido en el faro de una delantera que, por primera vez en demasiado tiempo, no depende de un solo hombre para soñar con el gol.

A su alrededor gravitan alternativas que ofrecen matices interesantes, Kodro, cedido por el Ferencvaros, con su aire de ariete clásico; Soberón, siempre dispuesto a pelear con el césped; Bazdar, promesa inquieta; y la versatilidad de Pau Sans y Cuenca. Incluso Bakis, atrapado en un limbo tras no concretar su salida al Vanspor, sigue siendo un nombre en la plantilla, aunque más como recuerdo administrativo que como opción real. La ironía es evidente, el Zaragoza, que durante años mendigaba delanteros, hoy cuenta con un banquete de posibilidades.

Real Zaragoza
El Real Zaragoza recupera el espíritu de Milito y Ewerthon con Dani Gómez y Kenan Kodro en ataque

La apuesta ofensiva frente al rival más vulnerable

Si Gabi confirma el plan, el Zaragoza se alineará con un 4-4-2 tan clásico como un vinilo de los años setenta: Kodro como referencia fija y Gómez con libertad para moverse como segundo punta. El esquema tiene algo de declaración de intenciones, recuperar la pegada, la audacia y, sobre todo, el entusiasmo que hacía tiempo se había diluido en la rutina de alineaciones conservadoras.

El rival, el Albacete, se presenta como el más goleado de la categoría. Una presa, en apariencia, propicia. Pero el fútbol se divierte con las paradojas, los equipos heridos suelen convertirse en fieras imprevisibles. Lo cierto es que la afición zaragocista volverá a sentir, aunque sea por noventa minutos, el vértigo de un fútbol que mira hacia adelante. Y quizá, entre cánticos y recuerdos, alguien se atreva a jurar que en las carreras de Kodro y Gómez resuena todavía el eco de Milito y Ewerthon.