En medio de una temporada gris para los dragones, el club ha tomado medidas disciplinarias que podrían cambiar el rumbo del delantero español en el equipo
Samu Omorodion ha vuelto a quedar expuesto en uno de los peores momentos de la temporada para el Oporto. La entidad, lejos de competir por el título y sin billete para la próxima Champions League, atraviesa una crisis institucional que ha estallado con la indisciplina de siete jugadores durante una fiesta de cumpleaños. La celebración, liderada por Otávio, terminó siendo el detonante de un expediente disciplinario que sacude los cimientos del vestuario.
El reglamento interno del club es tajante, ningún futbolista debe estar fuera de casa pasada la medianoche. Sin embargo, esa norma fue ignorada por nombres como Martim Fernandes, Tiago Djaló, Nehuén Pérez, William Gomes, Danny Namaso, Otávio y el propio Samu. De todos ellos, cuatro han sido duramente castigados por su permanencia hasta altas horas. Omorodion, Namaso, Gomes y Otávio.

La sanción de Samu Omorodion refleja una caída ya anunciada
En lo deportivo, el castigo no tardó en reflejarse. Martín Anselmi ha desplazado al delantero español del once inicial en los dos últimos partidos. Frente a Casa Pia y Famalicão, Samu Omorodion apenas ha sumado 49 minutos, cediendo protagonismo a Deniz Gül, quien empieza a perfilarse como titular en lo que resta de temporada. El mensaje interno es claro, nadie está por encima de la disciplina, ni siquiera el máximo goleador.
Y es que, aunque Samu aún lidera la tabla goleadora del Oporto con 22 dianas, 16 en Primeira Liga y 6 en la UEFA Europa League, su rendimiento ha ido claramente de más a menos. Aun así, Luis de la Fuente lo incluyó en la lista de convocados de marzo para la selección española, aunque no disputó ni un minuto en la doble victoria ante Países Bajos. Ahora, su situación actual no solo compromete su futuro inmediato en el club, sino también su proyección internacional.
El Oporto se endurece mientras el margen de error se reduce
La directiva, liderada por André Villas-Boas, parece haber apostado por una línea dura. El caso de Djaló, jugador cedido que no cuenta para el cuerpo técnico, podría resolverse incluso con la cancelación anticipada de su préstamo. Y aunque Fernandes y Nehuén Pérez han sido sancionados con multas más leves, la fractura en la plantilla ya es notoria.
Este episodio, lejos de quedar como una simple anécdota, marca un punto de inflexión en el seno del club. La combinación de malos resultados, descontrol interno y decisiones drásticas hacen prever un verano de cambios profundos en el Oporto. Para Samu Omorodion, la fiesta ha dejado más que resaca, ha abierto la puerta a una salida que, hace solo unos meses, parecía impensable.