Sevilla busca recuperar la imagen que imprimió Almeyda en los primeros partidos de la temporada. En Nervión tratan con cariño a dos futbolistas tocados.
El Sevilla vuelve a mirar al frente con la urgencia del que sabe que no puede fallar. Tres derrotas consecutivas encendieron las alarmas y Matías Almeyda busca recomponer el ánimo de un grupo que necesita reencontrarse con su mejor versión ante Osasuna.
La enfermería es uno de los obstáculos en los planes del Pelado. César Azpilicueta sigue entre algodones. El navarro trabaja al margen con la mirada puesta en llegar a tiempo al sábado. Su liderazgo y jerarquía son imprescindibles para los hispalenses que tuveron un pequeño declive en la fase defensiva.
Lucien Agoumé continúa sin ejercitarse con el resto, mientras Alexis y Fabio Cardoso prosiguen sus procesos de recuperación. El francés, sancionado ante el Atlético, arrastra molestias desde el duelo en San Sebastián. Almeyda cruza los dedos para recuperarlo a tiempo.
No todas son malas noticias
Entre tantos enfermos hay un recuperado: Batista Mendy se reincorporó al grupo y apunta al once inicial frente a los rojillos. Los mimos del cuerpo técnico y no apresurarse fueron fundamentales para que el francés llegue con la energía a tope para el próximo duelo liguero.
El ex Trabzonspor disputó siete encuentros en este comienzo de curso y rápidamente se transformó en un futbolista clave para la medular.
Almeyda, el rastreador de soluciones
El Sevilla vive un momento de reinicio. Tras semanas de turbulencia, el equipo perdió la brújula que lo guiaba al equilibrio y la intensidad. Desde aquel desplome ante el Mallorca, los hispalenses encajaron ocho goles y suman tres derrotas consecutivas.
Aquel triunfo inolvidable ante el Barcelona parece ya un recuerdo lejano. La energía, precisión y ritmo que maravillaron en Nervión se disiparon, dejando paso a un conjunto vulnerable en defensa y sin chispa en ataque.
La autocrítica como base
Almeyda busca respuestas y autocrítica en su plantilla, consciente de que los fallos colectivos pesan más que los individuales. Su equipo necesita volver a creer en su idea antes de que el calendario apriete.
El duelo ante Osasuna asoma como una cita crucial. Nervión exige carácter, y otra caída podría hacer temblar los cimientos del proyecto. El técnico argentino mantiene la confianza del vestuario y del club, pero sabe que en el fútbol los discursos sólo calan si llegan acompañados de victorias.
