El pivote marroquí de la Fiorentina, sin minutos esta temporada, vuelve a situarse en la órbita del club andaluz para enero
El Sevilla FC sigue peinando el mercado de invierno en busca de refuerzos que reactiven el centro del campo, y un viejo conocido ha vuelto a escena: Amir Richardson, mediocentro de la Fiorentina, de 23 años. El internacional marroquí, de gran envergadura (1,98 m) y perfil físico complementario al de los actuales medios nervionenses, ya fue una opción prioritaria durante el pasado verano, cuando las negociaciones con el club viola llegaron a estar muy avanzadas.
Sin embargo, las limitaciones económicas que afrontaba la dirección deportiva de Antonio Cordón impidieron cerrar el préstamo antes del cierre del mercado. Richardson mostró entonces disposición para aterrizar en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero la operación se truncó en los últimos días de agosto.
Un talento estancado en Florencia
La situación del jugador en Italia ha empeorado desde entonces. Richardson no ha disputado ni un solo minuto oficial en lo que va de curso, ni en la Serie A ni en la Conference League, acumulando incluso varias ausencias en las convocatorias. El técnico Stefano Pioli no ha contado con él pese al bajo rendimiento del equipo, prefiriendo dar protagonismo a Mandragora, Nicolussi, Fagioli o Sohm.
El resultado: un ostracismo absoluto que ha frenado su evolución y lo ha dejado fuera de los planes de Walid Regragui para la selección de Marruecos. En paralelo, su valor de mercado ha caído de 8,5 a 6,5 millones de euros, según la última actualización de Transfermarkt.
Sevilla, atento a su cesión en enero
Con contrato hasta 2029 tras su fichaje por nueve millones desde el Reims, la Fiorentina está decidida a buscarle una salida temporal en enero. En ese escenario, el Sevilla FC reaparece como un destino lógico y realista.
El club hispalense mantiene su interés y, según fuentes del entorno de la entidad, dispone de un remanente presupuestario reservado para el mercado invernal, con el objetivo de reforzar posiciones clave sin comprometer su estabilidad financiera.
Richardson encaja en ese perfil: cedido, joven, físico y con margen de crecimiento, ideal para complementar a Soumaré o Agoumé en la rotación. Además, su condición de internacional marroquí y su conocimiento del fútbol europeo lo convierten en una apuesta de bajo riesgo y alta proyección.
Una segunda oportunidad para ambas partes
El propio jugador ve con buenos ojos una salida hacia una liga más competitiva, y Nervión podría ofrecerle el escaparate que necesita para relanzar su carrera. Por su parte, el Sevilla obtendría un refuerzo inmediato en una zona del campo que ha mostrado carencias desde el inicio de temporada.
Todo apunta a que las conversaciones volverán a retomarse en diciembre, y esta vez, con más margen económico y necesidad mutua, la cesión de Amir Richardson podría concretarse como una de las operaciones más factibles del invierno.