El director deportivo del Sevilla FC mira al mercado invernal mientras el fracaso de Niclas Füllkrug y el acierto con Serhou Guirassy muestran caminos opuestos
A veces el mercado de fichajes es un espejo cruel. Promesas que parecen certezas, fichajes que suenan a éxito garantizado y realidades que explotan en la cara. Ahí está una historia que en Europa se comenta en voz baja: el Borussia Dortmund vendió a Niclas Füllkrug por 30 millones de euros al West Ham United, y casi al mismo tiempo fichó a Serhou Guirassy por 19. Misma ventana de mercado, caminos opuestos, resultados radicalmente diferentes.
Y ahora, mientras Antonio Cordón rastrea opciones para reforzar al Sevilla FC en un invierno que puede decidir el futuro del club, el caso Füllkrug–Guirassy es la mejor lección del momento: los fichajes ya no se juzgan por el nombre o el precio, sino por el contexto. El Sevilla lo sabe, Cordón lo sabe, y por eso en Nervión no habrá fichajes de adorno. Habrá decisiones quirúrgicas.
La historia reciente del Borussia Dortmund con Niclas Füllkrug y Serhou Guirassy explica cómo funciona el fútbol moderno realmente
Füllkrug quería jugar. Quería llegar al Mundial como titular, algo que en el Borussia Dortmund no tenía garantizado. Con la irrupción del Stuttgart el año anterior y la explosión del delantero, su salida era entendible: buscaba minutos, buscaba Premier League, buscaba crecer. El West Ham Unite pagó 30 millones convencido de que fichaba a un nueve determinante, de los que fijan centrales, rematan cualquier centro y ganan partidos con un toque.
La realidad fue otra. De jugar la final de la UEFA Champions League 2024 con el Dortmund a pelear por no descender en 2025 con el West Ham. Su adaptación fue un muro. Ritmo, físico, estilo, todo. El proyecto inglés se derrumbó y él se derrumbó con él. Un fichaje que costó mucho dinero, que tenía lógica deportiva… y que hoy es un fracaso absoluto.
Mientras tanto, el Dortmund movió la otra pieza: Serhou Guirassy, firmado por 19 millones. Gol, velocidad, agresividad, lectura. Un delantero para presionar, para atacar espacios, para decidir partidos. El tiempo confirmó la apuesta: mientras Füllkrug se hundía en Londres, Guirassy se hacía gigante en Alemania. Es el fútbol moderno: no gana el que gasta más, sino el que elige mejor.
¿Dónde encaja Niclas Füllkrug ahora? En Bundesliga, solo el VfB Stuttgart aparece como destino lógico entre los grandes
Y aquí llega el problema: ¿qué hace ahora Füllkrug? Su valor ha caído, su rendimiento también y, aunque sigue siendo un delantero de calidad, el mercado no le recibe con alfombra roja. Entre los grandes de la Bundesliga, solo el VfB Stuttgart parece un encaje claro: estilo directo, ataques rápidos por fuera, centro lateral y remate. Un contexto que conoce, un país que entiende, una liga donde ya brilló.
Ni Bayern, ni RB Leipzig, ni Bayer Leverkusen, ni Eintracht Frankfurt, ni Hoffenheim parecen destinados a él. Demasiado combinativos, demasiado verticales o con perfiles ya cubiertos. El resto no le ofrece proyecto europeo ni minutos de alto nivel. O Stuttgart… o reconstrucción en un club de media tabla.
Y aquí aparece una verdad incómoda: un mal movimiento hunde carreras. Füllkrug pasó de ser héroe en Dortmund a incómodo en Inglaterra. A veces, elegir mal pesa más que fallar un gol.

¿Qué pinta esta historia en el mercado del Sevilla FC? Más de lo que parece
Porque Antonio Cordón no solo busca fichajes. Busca fichajes que encajen. El Sevilla no puede permitirse otro jugador que llegue sin contexto, sin adaptación y sin plan. Y el fútbol europeo está lleno de casos como este: perfiles válidos, pero mal ubicados. La oportunidad está precisamente ahí: rescatar jugadores hundidos por un mal destino y colocarlos en el sitio correcto.
Ese es el tipo de operación que Córdoba podría mirar: jugadores con valor deportivo real, precio a la baja y necesidad de resurgir. El Sevilla, que lucha por reconstruir un proyecto, puede encontrar oro donde otros vieron fracaso. Y para eso, hay que estudiar historias como la de Füllkrug.




