El crédito que podría costar el alma de Nervión
A veces, lo que se firma en silencio retumba con más fuerza que un estadio en pleno derbi. Según ha declarado el propio José María del Nido Benavente, en 2027 el Sevilla FC podría no ser ni sevillano, ni club, ni siquiera suyo. Un crédito participativo concedido por una sociedad vinculada a Goldman Sachs es el nudo gordiano de una operación que, si no se desata con billetes antes de tiempo, puede convertirse en la toma de control casi total del club. En cifras: el 99,9% del capital social pasaría a manos de esa entidad financiera.
Sí, Goldman Sachs. El titán financiero con sede en Nueva York, el mismo que ha olido sangre en más de una economía en apuros. No invierten por sentimentalismo, sino por rentabilidad. Y si bien su entrada podría profesionalizar algunas áreas, también podría abrir la puerta a una descapitalización sistemática, una venta por partes del alma de Nervión. Porque cuando los números mandan, los escudos dejan de importar.

¿Salvavidas o depredador financiero?
Del Nido padre no se ha mordido la lengua: ha acusado a su hijo de traidor, de arruinar al Sevilla, de dilapidar el patrimonio familiar. No es una discusión de sobremesa, es una guerra dinástica con un club como rehén. El crédito, que hoy parece un colchón, podría ser una trampa de oso camuflada en papel de contrato. Si en 2027 no hay capacidad de pago, la alternativa no será renegociar: será entregar las llaves de la casa.
¿Y qué hace Goldman Sachs cuando entra en un negocio? Ordena, optimiza… y si no hay beneficio, liquida. No es un misterio, es su naturaleza. Son expertos en exprimir limones hasta dejarlos secos y después, con la cáscara, fabricar un nuevo derivado financiero. ¿Van a convertir al Sevilla en un modelo de gestión? Puede. ¿Van a priorizar el escudo y la afición por encima de sus cuentas de resultados? Difícil.
La tercera vía ya no es una hipótesis: es una cuenta atrás. Si no hay un milagro deportivo, financiero o judicial, el club podría convertirse en un activo más dentro de la cartera de una multinacional que no distingue entre acciones y pasiones.