El Real Sporting de Gijón busca reforzar su plantilla y ha puesto el foco en Brian Oliván como posible incorporación, mientras también evalúa opciones ofensivas para completar el equipo antes del cierre del mercado
El mercado de fichajes siempre ha tenido algo de teatro, promesas, giros inesperados y protagonistas que entran y salen de escena como en un drama griego. En este caso, el escenario es Mareo y el actor central, Brian Oliván, un lateral zurdo que, con 31 años y carta de libertad, aparece en el radar del Real Sporting de Gijón. Las oficinas rojiblancas observan en él la pieza que puede reforzar un costado, pero lo curioso es que Asier Garitano lo imagina también con alma de extremo, un doble rol que suena tan arriesgado como seductor.
Sin embargo, como toda buena historia de mercado, la trama no es lineal. El jugador no solo escucha la melodía sportinguista, también se permite soñar con la Primera división, mientras otros clubes de Segunda tantean sus posibilidades. Entre la prudencia y la ambición, Oliván representa al futbolista que sabe que sus últimos años de carrera no deben desperdiciarse en un papel secundario. Y en este pulso, Sporting y jugador avanzan entre la seducción mutua y la incertidumbre compartida.
Entre presupuestos y prioridades
La dirección deportiva del Sporting parece atrapada en un dilema que ya roza lo filosófico, invertir primero en la pólvora ofensiva o asegurar la muralla defensiva. La antítesis es clara, mientras Garitano pide dos fichajes un atacante y un zaguero, los despachos insisten en cuadrar primero las cuentas del gol. Como si en una balanza estuvieran los remates de un delantero frente a las coberturas de un lateral.
En esa búsqueda, nombres como Óscar Cortés y Lasha Odisharia surgen como posibilidades para dinamizar el ataque rojiblanco. Uno, procedente del Glasgow Rangers, llegaría en calidad de cedido; el otro, desde el Rigas, mediante traspaso. Paradójicamente, solo habrá hueco para uno de ellos. Dani Luna, que compartía agentes con Cortés, ya ha rechazado la opción, recordando que en este juego de intereses cada puerta abierta se cierra con el mismo estrépito con que se golpea un maletín en una negociación frustrada.
Brian Oliván: entre la prudencia de Mareo y el espejismo de Primera
En paralelo, Oliván sigue decidiendo su futuro, como quien observa el reloj de arena acercarse al último grano sin dejar de contemplar horizontes alternativos. El cierre oficial del mercado, previsto para el lunes a las 23:59, actúa como espada de Damocles sobre todos los protagonistas. Y, aun así, el jugador cuenta con un as bajo la manga, al estar libre de contrato, podría incorporarse más tarde, lo que le concede la rara ventaja de no vivir esclavo de la fecha límite.
Con pasado en Espanyol, Mallorca, Cádiz, CSKA Sofía, Girona y Barcelona B, Oliván es visto como un lateral fiable, competitivo y con capacidad para proyectarse al ataque. No es un fichaje de relumbrón, pero sí de consistencia; de esos que no venden camisetas pero que sostienen un equipo en los días grises. En definitiva, su llegada a El Molinón podría encajar con la tradición sportinguista, jugadores de perfil trabajador, menos poesía en el nombre y más prosa en la entrega. Porque a veces, la épica no se escribe con estrellas, sino con hombres dispuestos a correr por la banda cuando nadie más quiere hacerlo.
