Nico Serrano se perfila como refuerzo prioritario del Sporting de Gijón. Tras un paso irregular por El Molinón la temporada pasada, el extremo pamplonica podría regresar para aportar profundidad ofensiva
El mercado de fichajes, ese escenario donde la esperanza se mezcla con la desilusión como vino aguado en taberna antigua, ha colocado al Sporting de Gijón frente a una posible carta repetida, Nico Serrano. El joven extremo pamplonés, ya conocido en El Molinón por un paso tan breve como irregular, podría regresar para intentar lo que quedó inconcluso. El fútbol, con su ironía habitual, suele regalar segundas oportunidades a quienes ni siquiera aprovecharon la primera.
La preferencia de Gaizka Garitano por Serrano abre una rendija en la puerta gijonesa. No se trata solo de reforzar una banda, sino de darle cuerpo a un proyecto que busca consolidarse en la incertidumbre de la Segunda División. Si la plantilla aún parece un rompecabezas incompleto, Serrano podría ser la pieza que encaje o, quién sabe, la que vuelva a quedar en la mesa sin encontrar sitio.
Saturación ofensiva en Bilbao y la ventana gijonesa
Mientras tanto, en Bilbao, la abundancia ofensiva roza la exageración. Entre los hermanos Williams, Berenguer o Guruzeta, los jóvenes talentos se asfixian en la opulencia de San Mamés. Paradójico, ¿no? Donde sobra el talento no hay minutos, y donde faltan recursos se suspira por jugadores cedidos. Nico Serrano y Xabier Izeta lo entendieron pronto: cuando la sala está demasiado llena, lo más sensato es salir a buscar aire.
Su paso previo por Gijón dejó sensaciones encontradas. El talento se vislumbró en ráfagas, como relámpagos en un cielo de tormenta, pero la tormenta terminó apagando la luz. La mala dinámica del equipo y la falta de entendimiento con Rubén Albés lo condenaron a la intrascendencia. Hoy, sin embargo, el relato cambia: un Sporting más competitivo y un técnico que confía en él le ofrecen un escenario distinto, aunque con la misma exigencia.
Un fichaje con precio y con memoria
En la trastienda de este posible retorno, las cifras bailan con la frialdad habitual del mercado. El Athletic fija la cesión con opción de compra en 3,25 millones, una cifra que suena más a advertencia que a invitación. En caso de ascenso, el Sporting estaría obligado a convertir el préstamo en propiedad, como quien firma un pacto con condiciones ocultas. El fútbol moderno, al fin y al cabo, se parece más a una notaría que a un campo de juego.
El interés de Garitano es real y la necesidad del Sporting, evidente. Tras reforzar el equipo con jugadores como Corredera y Pablo Vázquez, el regreso de Serrano se perfila como prioridad. Para el extremo, es una oportunidad de redención; para el club, una apuesta arriesgada. Y así, entre cuentas, recuerdos y expectativas, queda abierta la pregunta que solo el césped podrá responder, ¿será este el inicio de una reconciliación o el epílogo de una relación marcada por la duda?
