Valencia atraviesa momentos turbulentos. Sin resultados positivos, en Mestalla empiezan a repartir responsabilidades. El entrenador y el defensor francés, en la mira.
De pilar defensivo a criticado. En apenas dos jornadas, Baptiste Santamaría dejó de ser uno de los mimados de Carlos Corberán a sembrar incertidumbre en la medular. Una duda más para un equipo que no encuentra el rumbo en este inicio de temporada. La sustitución en el descanso frente al Girona fue toda una declaración de principios del entrenador. El galo, que llegó con muchas expectativas a Mestalla, se afianzó en sus primeras presentaciones y se perfilaba para referente. Ahora, tiembla su titularidad.
Frente al Real Oviedo, su partido ya había dejado señales de agotamiento y desconexión. El ingreso de Javi Guerra transformó al mediocampo con más energía y orden y fue un llamado de atención para el ex Stade Rennais. En el encuentro del próximo lunes frente al Alavés, crucial para salir de la zona de abajo, Corberán sentaría en el banquillo al futbolista de 30 años y apostaría por la dupla Guerra-Pepelu para darle más estabilidad al mediocentro en la visita a Mendizorroza, escenario en que no se lleva los tres puntos desde 2017.
De titular a entrar en zona de dudas
Baptiste Santamaría participó en ocho encuentros ligueros, seis de ellos como titular, con un balance de un gol y una asistencia que hicieron olvidar, por momentos, la salida del argentino Enzo Barrenechea. Su despliegue físico sigue siendo notable (promedia más de 11 kilómetros por partido), pero su rendimiento fue en declive. Corberán le pide más precisión en la salida y mayor liderazgo en la recuperación, aspectos en los que el equipo sufrió contundentemente en las últimas jornadas.
Pese a su experiencia y buena lectura táctica, Santamaría parece haber perdido protagonismo en el centro del campo. Su aportación defensiva no siempre compensa la falta de claridad en la construcción, y los rivales hallaron espacios a su espalda. La irrupción de Javi Guerra y el empuje de Fran Pérez intensificó la competencia por el puesto. El francés, que llegó a cambio de €2 millones de la Ligue 1, está obligado a reaccionar si quiere mantener su sitio en el once.

La enfermería a tope en Paterna
La enfermería del Valencia CF se convirtió en un dolor de cabeza para Carlos Corberán en un momento delicado de la temporada. El técnico de Cheste tuvo que afrontar bajas sensibles como las de Foulquier y Gayà, además de las molestias que arrastra Filip Ugrinic en el tendón rotuliano, cuya disponibilidad para el próximo partido sigue en duda. Pero los golpes más duros provienen de la defensa y la delantera, con la pérdida prolongada de Mouctar Diakhaby (hasta diciembre) y Largie Ramazani (mes y medio afuera), dos piezas clave que dejan al equipo con menos recursos en el once.
La combinación de lesiones y ritmo irregular del equipo obliga a Corberán a buscar soluciones creativas en un fondo de armario limitado. Para reemplazar al central guineano, el míster solo tiene a José Copete con la oportunidad de reivindicarse tras un arranque titubeante. Eray Cömert aparece como alternativa, aunque todavía no debutó. En la delantera, la ausencia de Ramazani deja al técnico sin velocidad ni explosividad por las bandas, aunque cuenta con Luis Rioja, Diego López o Arnaut Danjuma.




