El portero del Athletic quiere minutos y Corberán quiere un número uno: el encaje parece natural
En el ajedrez veraniego del mercado de fichajes, algunas piezas se mueven solas. Otras, como Julen Agirrezabala, requieren un empujoncito emocional y varios cafés entre directores deportivos. El joven guardameta del Athletic Club, que ya ha probado el sabor de los focos aunque siempre a la sombra de Unai Simón, ha decidido que no quiere otro año viendo partidos desde el banquillo con los guantes secos. Su deseo es claro, jugar. Y Mestalla, con Carlos Corberán al mando, le parece el escenario ideal para al fin ser protagonista.
La información que en su día adelantó Gol Digital ha puesto en alerta a la portería del Valencia CF, donde el futuro de Stole Dimitrievski pende de un hilo que se deshilacha rápido. En los despachos valencianistas ya trabajan con un escenario probable, necesitar no uno, sino dos porteros. Porque si el macedonio no sigue y aunque siga, no convence del todo, alguien debe ocupar el lugar de titular con solvencia y carisma. Y ahí entra Julen, con 24 años, hambre de minutos y el aval silencioso de haber rendido bien cuando la portería de San Mamés estuvo huérfana.
Un pulso silencioso entre dos clubes
Carlos Corberán lo tiene claro, quiere empezar la pretemporada con un portero nuevo. No busca un suplente con buena actitud, sino un titular con liderazgo. En esa lista de candidatos destacan nombres como Iñaki Peña o Antonio Sivera, pero el que realmente hace que al técnico se le iluminen los ojos es Julen Agirrezabala. Tanto es así que, según ha contado Nacho Sanchis, ya ha habido conversaciones entre ambos.
Ahora bien, convencer al Athletic es otro cantar. Los bilbaínos no están por la labor de regalar talento joven, y menos aún si no tienen sustituto de garantías. Julen ha jugado cerca de treinta partidos esta temporada, cierto, pero en gran medida gracias a la lesión de Unai Simón. En Lezama no hay debate, Unai es el portero de la Champions. Y ese pequeño detalle una competición que huele a grandeza pero puede ser letal para los suplentes ha sido el catalizador del deseo de Julen por salir.
El Athletic espera garantías mientras el Valencia acelera por la cesión del portero
El Athletic, pragmático hasta el tuétano, no descarta cederlo. Pero exige seguridad, un plan, una cesión con sentido, e idealmente una opción de compra que suene seria y no como propina. Aquí es donde el Valencia tendrá que moverse con habilidad, prometer minutos y mostrar que el proyecto deportivo no es humo de verano.
Las próximas semanas serán clave. Corberán y su cuerpo técnico no quieren esperar a agosto. La portería es una posición demasiado delicada para improvisar. El deseo está claro, el jugador quiere, el club tantea. Falta lo de siempre: que la voluntad se convierta en números y que el orgullo de dos clubes históricos no convierta una operación lógica en otra novela inacabada.
