En medio de versiones sobre la venta de Mestalla, Kiat Lim saca a relucir sus planes. El hijo del máximo accionista del club rompió el silencio.
“Tenemos el plan deportivo adecuado para el Valencia”, es la sentencia de Kiat Lim desestimando, por ahora, cualquier versión sobre una venta del club por parte de su padre, el multimillonario Peter. En una entrevista para un diario asiático, el empresario singapurense defendió la gestión de su familia al frente de la institución ché y añadió que la incorporación de nuevas piezas como Ron Gourlay a la dirección deportiva marcan la línea del camino que quieren trazar de aquí en más. Sobre los resultados deportivos, Kiat no mencionó nada.
En ese contexto, volvió a mostrar las credenciales por la construcción del Nou Mestalla. Su padre continúa buscando financiación para terminar el estadio, cuya inauguración está prevista para mediados de 2027 y contará con capacidad para 70.000 espectadores, convirtiéndose en el cuarto más grande de toda España y cuya inversión consta cerca de 350 millones de euros. “En 5 años podrán juzgarme”, fue la frase final de una de las manivelas del Valencia CF.
El desastre deportivo, inapelable
La llegada de Peter Lim en 2014 permitió al Valencia esquivar una quiebra que parecía inevitable después de una larga etapa de descontrol económico. No obstante, el rumbo deportivo del equipo en la Liga ha sido muy irregular, con más sombras que luces. En el último tiempo apenas consiguió asentarse en la zona media, sin superar el noveno puesto en seis campañas consecutivas. Incluso llegó a rozar el desastre en el curso 2022/23, cuando terminó en un delicado decimosexto lugar, coqueteando con el descenso.
La política de fichajes, con poco margen para que el director deportivo pueda maniobrar ventas, renovación de contratos y contrataciones, coartó las posibilidades del club de ser competitivo como en años anteriores. La reciente venta de Mosquera al Arsenal se debió a la tardía presentación de una oferta de renovación solicitada por el propio futbolista. Este mismo tira y afloje se repitió con otros jugadores: Javi Guerra, Tárrega o Foulquier, que estuvo a punto de quedar libre.
Llueven las críticas
Enfocado en encontrar inversionistas para el nuevo estadio, las críticas a Peter Lim caen como bombas de todos lados. En la última semana, un grupo de valencianistas denunció al magnate con afiches pidiendo su dimisión frente al Caesars Palace de Las Vegas. El asiático es uno de los mayores accionistas de la cadena de hoteles de lujo. Para esos aficionados, al empresario solo le interesa hacer negocio con el club. Esa misma vibración se da en cada junta de accionistas en el Mestalla.
Una gloria del blanquinegro también lanzó munición pesada contra el CEO. Santiago Canizares lo tildó de «gestor lamentable» y comparó al club actual con el que bajó a Segunda División en la temporada 1985-86. El histórico portero advirtió que Lim llevó al Valencia a la “miseria” al hacer hincapié en la política de fichajes. También desconfía de que el nuevo estadio pueda ser inaugurado. Al aficionado poco le importan los negociados, quieren ver a su equipo en la gloria, algo que desde que llegó Lim, es cada vez más utópico.