Aleksandre Topuria regresará al octágono el 22 de noviembre en UFC Qatar frente a Bekzat Almakhan, un combate que pospone la primera defensa de su hermano Ilia y marcará un paso clave en la carrera del joven peso gallo
Aleksandre Topuria (6-1) vuelve a pisar la lona del octágono el próximo 22 de noviembre, en Doha, Qatar. Allí lo espera Bekzat Almakhan (12-2), un kazajo con piel curtida en batallas y un currículum que impresiona más de lo que asusta. El hispanogeorgiano disputará su segundo combate en UFC después de estrenarse en Australia, donde venció con templanza a Colby Thicknesse, arrebatándole el invicto y dejando claro que su apellido no es un simple eco del de su hermano mayor Ilia Topuria.
Doha no es solo un escenario exótico en el calendario de UFC, es también el nuevo tablero donde la promotora quiere expandir su imperio en Oriente Medio. Tras el éxito en Abu Dabi, la capital catarí recibe su primera velada de artes marciales mixtas. En ese contexto, Aleksandre tendrá que mostrar que su serenidad en Australia no fue un destello fugaz, sino la carta de presentación de un peleador que empieza a escribir su propia narrativa.
Un rival incómodo: Bekzat Almakhan
El kazajo llega con la etiqueta de “The Turan Warrior”, un apodo que suena a epopeya nómada pero que se traduce en algo mucho más práctico, dureza y resistencia. Aunque perdió en su debut contra Umar Nurmagomedov primo del legendario Khabib, su actuación dejó la impresión de que no es un peleador de paso, sino uno dispuesto a amargarle la noche a cualquiera que lo subestime.
Aleksandre, con 29 años, no puede darse el lujo de que este combate sea simplemente otro escalón. Para él, el enfrentamiento contra Almakhan es un espejo incómodo: si gana, se reafirma como promesa del peso gallo; si pierde, su trayectoria podría quedar atrapada en la narrativa del “hermano de Ilia”. El combate, entonces, no se libra solo en Doha, sino en la mente de quienes juzgan carreras con el cronómetro en mano y la lupa de la comparación.
El efecto colateral: Ilia Topuria en pausa
La pelea de Aleksandre no es un hecho aislado. Su regreso al octágono significa también que su hermano Ilia, actual campeón del peso ligero, deberá posponer la primera defensa de su título hasta 2026. Ironías del destino, mientras uno busca salir de la sombra, el otro detiene momentáneamente su reinado. La familia Topuria vive, en ese cruce de calendarios, una especie de paradoja, el ascenso de uno frena el camino del otro.
Pero no es un retroceso, sino una coreografía inevitable. UFC sabe que la sangre Topuria es un filón mediático y deportivo, y quiere medir el verdadero alcance de Aleksandre. Si el hispanogeorgiano vence en Doha, las puertas hacia rivales de mayor rango se abrirán de golpe. Así, Ilia podrá volver al octágono no solo como campeón consolidado, sino como hermano de un luchador que ya no necesita presentación.