Ilia Topuria ya no necesita que hablen por él. El luchador español ha confirmado lo que todos esperaban —pero nadie se atrevía a asegurar—: peleará en el UFC 317, el 28 de junio en Las Vegas. Solo queda un detalle… el nombre del rival. Y ese, como todo en este negocio, depende de lo que ocurra en las próximas 24 horas.
El anuncio oficial llegará el domingo por la mañana en España, justo después del UFC 315. Pero Topuria ha hecho saltar la banca antes de tiempo. Desde su medalla de honor concedida por la Comunidad de Madrid hasta su aparición televisiva en El Hormiguero, El Matador ha ido soltando pistas —o mejor dicho, confirmaciones encubiertas— de que ya hay combate, ya hay fecha y ya hay objetivo: consagrarse como la nueva cara de la UFC.
La incógnita, todavía, es si ese combate será frente a Islam Makhachev o Charles Oliveira. Un detalle menor… salvo que es lo único que separa un reto descomunal de otro aún mayor.
¿Makhachev o Oliveira? Dos estilos, un mismo destino
La ecuación es clara: si Belal Muhammad gana a Jack Della Maddalena esta madrugada en UFC 315, Makhachev se queda en el peso ligero y será el rival de Topuria. Si no, el daguestaní subirá al welter y el brasileño Charles Oliveira será el elegido. Una decisión que se dirime en Canadá y que definirá el verano de Topuria en Nevada.
Ilia, lejos de mostrarse inquieto, ha demostrado madurez estratégica. En El Hormiguero desgranó el estilo de ambos rivales con precisión quirúrgica:
– “Islam es un striker que busca controlarte en el suelo. Charles es un striker más explosivo, busca someterte”.
– “Uno es zurdo, el otro diestro. Los ángulos, las guardias, todo cambia… pero estoy listo para los dos.”

Prepararse para dos rivales… y un solo disparo
Lo que está haciendo Topuria ahora mismo es de alta dificultad: prepararse para dos combates distintos sin saber cuál será el real. Una situación que exige mentalidad de francotirador: entrenar en silencio, ajustar cada detalle, y disparar solo cuando llegue la señal.
Dana White ya ha dejado entrever que el plan está trazado: “Hay muchas partes en movimiento, pero eso es bastante preciso”, dijo sobre las palabras de Ilia. Traducción: el contrato está redactado, solo falta el nombre final en la línea del oponente.
Un español en el centro del mundo
Topuria ha hecho lo impensable: convertirse en protagonista global de la UFC sin cambiar su esencia. Ha mantenido su apodo, su carácter y su idioma. Y ha demostrado que no necesita entrar con banderas ni discursos forzados para llenar estadios. Su pegada y su presencia hacen el trabajo por él.
El 28 de junio será más que una pelea: será el examen definitivo. El punto de inflexión. El día en que sabremos si el chico que empezó con hambre de gloria puede sentarse en la mesa de los inmortales.
Y si algo ha dejado claro Ilia Topuria en este camino es que no ha venido a participar. Ha venido a reinar.