Es noticia:

Ferrari teme los líos de Hamilton

Tras una carrera complicada en el Gran Premio de Miami, no solo quedó en evidencia la falta de competitividad del monoplaza, sino también las primeras señales de tensión interna entre el británico y el equipo

El paso de Lewis Hamilton por Ferrari está lejos de generar calma. En lugar de sumar certezas, su actuación en el Gran Premio de Miami ha destapado una serie de desacuerdos estratégicos que alimentan la inquietud en Maranello. Lo que parecía una alianza de alto impacto para conquistar el octavo título de Hamilton, se ha convertido en una carrera cuesta arriba tanto en lo deportivo como en lo interno.

En pista, el británico no ha encontrado el ritmo necesario para competir con los favoritos, y fuera de ella, las decisiones del equipo comienzan a ser motivo de crítica. La diferencia entre expectativa y realidad es cada vez más evidente, y los roces con Charles Leclerc lo colocan en el centro de una tensión que puede afectar el ambiente del equipo Ferrari F1 si no se reconduce a tiempo.

Lewis Hamilton
Hamilton vuelve a generar fricciones en Ferrari tras el GP de Miami

El adelantamiento que no fue

El detonante fue un momento puntual, pero simbólico. Hamilton rodaba por detrás de Leclerc y pidió por radio el visto bueno para adelantar. Aunque se le concedió la orden, esta llegó demasiado tarde. El intento fracasó y el muro pidió que devolviera la posición, lo que dejó al británico sin opciones de alcanzar a Kimi Antonelli, quien se escapaba por delante en Miami Gardens.

Esa cadena de decisiones fue el origen del malestar. “Tardamos mucho en actuar”, expresó Hamilton al finalizar la carrera, añadiendo que perdió un tiempo valioso. Desde el equipo intentaron enfriar el tema, pero su lenguaje en la radio fue claro, hay una grieta en la comunicación. Los problemas no solo son de ritmo; también hay un conflicto de prioridades entre pilotos en medio del campeonato de Fórmula 1 2024.

Presión antes de Imola

Fred Vasseur trató de apagar el incendio con un mensaje conciliador, pidió a Hamilton paciencia y menos sensibilidad. El piloto, lejos de negar su frustración, aseguró que sus palabras fueron moderadas en comparación a lo que pudo haber dicho. “Es difícil mantener la calma cuando estás peleando a 300 km/h”, señaló, defendiendo su tono en un entorno de máxima presión.

Ahora, con el Gran Premio de Imola en puerta, la situación interna no es la ideal. Ferrari no solo necesita resultados, también necesita orden. Y Hamilton, que llegó como figura salvadora, está obligado a mostrar en la pista que aún puede liderar un proyecto ganador. De lo contrario, su voz perderá fuerza dentro del garaje más exigente del automovilismo mundial.

Fernando Alonso