Marc Márquez se enfrenta a un fin de semana determinante en el Gran Premio de Francia, un trazado que históricamente se le ha resistido y donde cada detalle cuenta más que nunca
Le Mans no es solo una fecha más en el calendario para Marc Márquez. Es un escenario que le obliga a reaccionar si quiere mantenerse con vida en la lucha por el campeonato. El piloto de Ducati sabe que está ante una de sus asignaturas pendientes, y aunque intenta mostrarse optimista, su historial en Francia no juega a su favor. No gana en este trazado desde 2019, y esta vez vuelve rodeado de incógnitas técnicas y con la necesidad de sumar fuerte tras varios errores que le han alejado del liderato.
El Mundial de MotoGP entra en una etapa de máxima exigencia, y el Gran Premio de Francia puede marcar un punto de inflexión. Marc llega con la presión de recortar la ventaja y demostrar que sigue siendo competitivo, mientras su hermano Álex, líder de la clasificación, se ha convertido en el piloto más sólido del inicio de temporada. La carrera en el circuito de Bugatti podría reconfigurar por completo las posiciones, pero sobre todo, puede redefinir los papeles dentro de Ducati.

Una Desmosedici aún por definir y condiciones adversas
Las dudas de Marc no vienen solo por su pasado en Le Mans. En los test posteriores al GP de Jerez, el equipo probó ajustes en la Desmosedici enfocados en mejorar el agarre en curva. Sin embargo, todavía no se ha definido qué configuración llevará en la cita francesa. “En Jerez dimos un paso adelante, pero no sé exactamente con qué moto correremos aquí. Aun así, soy optimista”, expresó el ocho veces campeón del mundo. Para él, encontrar el equilibrio en los sectores técnicos del trazado será esencial para evitar nuevos errores.
Además, Márquez ha hecho hincapié en el factor meteorológico, siempre imprevisible en esta parte del calendario. “El clima y la temperatura van a condicionar mucho la carrera”, advirtió. No es la primera vez que Le Mans cambia el rumbo de una temporada, y Marc lo sabe. Esta vez no solo tendrá que enfrentarse a la pista y sus rivales, sino también a condiciones externas que podrían complicar aún más su rendimiento. El desafío es múltiple, y la presión está en lo más alto.
Álex marca el ritmo con constancia silenciosa
Mientras Marc busca reencontrarse con su mejor versión, Álex Márquez sigue acumulando resultados que lo mantienen al frente del campeonato. Su fórmula es simple pero efectiva: regularidad, pocos errores y una moto que responde cuando más lo necesita. El menor de los Márquez lidera por un punto, pero su desempeño habla de un piloto que ha madurado y sabe gestionar cada carrera como una oportunidad para consolidarse. En Ducati ya han vivido una historia similar con Bagnaia y Jorge Martín, y no quieren repetir los errores del pasado.
En 2023, Martín fue más explosivo, pero la consistencia de Bagnaia lo llevó al título. Álex parece haber tomado nota de aquella lección. Su enfoque prudente, sin grandes titulares pero con resultados constantes, puede ser la clave en un campeonato tan ajustado. Si logra mantener este ritmo, será difícil arrebatarle el liderato, incluso por parte de su propio hermano. Le Mans puede ser el escenario en el que esa diferencia se amplíe o se reduzca de forma determinante.