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Martinator de regreso confirma Aprilia

La caída en Catar todavía duele: Jorge Martín terminó en la grava tras ser atropellado por Fabio Di Giannantonio, con costillas rotas y un neumotórax que lo dejó hospitalizado dos semanas. Pero un mes después, el “Martinator” empieza a reaparecer, y Aprilia ya piensa en su regreso, con cautela pero también con ilusión

La imagen todavía pesa como una losa, Jorge Martín, inmóvil sobre la grava de Catar, con las costillas rotas y el aliento atrapado en un neumotórax que lo dejó entre hospitales y sombras durante casi dos semanas. Fue atropellado, literalmente, por Fabio Di Giannantonio, como si el destino hubiese querido subrayar con un empujón violento lo frágil que puede ser incluso el más fiero de los pilotos. Pero un mes después, contra todo pronóstico y lógica conservadora, el “Martinator” ya empieza a dejar señales de vida en los márgenes de los circuitos.

Desde Aprilia, el murmullo se transforma poco a poco en planificación. Antonio Boselli, jefe de comunicación, dejó caer una frase con más peso del que aparenta. “El objetivo es que pueda regresar antes de la pausa veraniega, pero todo dependerá de su estado físico”. Traducción, lo quieren de vuelta, sí, pero lo quieren entero. La ventana de regreso se abre entre el 20 de julio y el 17 de agosto. En términos de calendario, son dos meses. Para un cuerpo herido, sin embargo, pueden ser una eternidad o apenas el primer acto de una resurrección.

Jorge Martín
El “Martinator” empieza a reaparecer,

Cuando acelerar no basta: las cicatrices que no se ven

Este 2025 no será recordado por Jorge Martín por sus podios, sino por sus pausas. Primero fueron lesiones menores, luego el accidente en Catar que le dejó el cuerpo como un jarrón agrietado y la mente llena de interrogantes. En Aprilia lo saben, forzar el regreso sería arriesgarlo todo por nada. Por eso, la prioridad no es la moto, sino el músculo, el hueso, la respiración. Volver, sí, pero sin que duela al inspirar profundo.

Martín ha aprendido la lección más dura que puede recibir un piloto, el coraje no siempre se mide en adelantamientos, a veces se mide en renuncias. Su calendario no está regido por las fechas de los grandes premios, sino por los partes médicos y la paciencia quirúrgica. Porque esta vez no se trata de sobrevivir a una curva, sino de sobrevivirse a sí mismo, de encontrar el ritmo sin quemarse por dentro.

Martinator de regreso confirma Aprilia, pero sin apuros ni épicas vacías

Noale no necesita un milagro, necesita a Jorge Martín entero. No lo espera con trompetas ni confeti, sino con cronómetros suaves y sesiones privadas. Lo que Aprilia ha entendido y no es poco en un mundo que premia el exceso es que no se trata de volver fuerte, sino de volver sabio. El regreso será, si todo sale bien, quirúrgico, casi clínico. Sin titulares grandilocuentes, pero con la precisión de quien ya conoce sus límites.

Y ahí está el verdadero valor, en esa decisión inusual de no correr por correr. En saber que, a veces, el acto más valiente de un piloto no es adelantar en la última curva, sino quedarse en casa un par de semanas más. Cuando Jorge Martín vuelva porque volverá será con el pecho firme, la respiración limpia y la certeza de que esta vez, la gloria no pasa por acelerar. Pasa por saber esperar.

álex márquez honda