El impacto de la tecnología y la digitalización de todos los sistemas hace cada vez más difícil el acceso a servicios básicos a las personas mayores
Hemos llegado a un punto en el que todo va demasiado deprisa. Las nuevas tecnologías se abren camino a gran velocidad y dejando obsoleto muchos de los viejos sistemas. Esta circunstancia, dependiendo de la edad en la que nos ocurra, puede suponer un problema. Un ejemplo claro son los bancos, cuyas medidas se olvidad muchas veces de las personas mayores.
Porque es un clásico que un anciano vaya los lunes de primeros de mes a la oficina más cercana de su banco para solicitar que le actualicen la libreta. Sí, la libreta, algo que los más jóvenes ya no sabrán ni lo que es. Ahora en ventanilla de bancos como CaixaBank prácticamente no hacen nada. Te derivan a la App o al cajero.
Los ancianos los peor parados
Porque el impacto tecnológico hace que ahora podamos pagar con el teléfono móvil o incluso con el reloj. Permite hacer en el cajero automático cualquier operación de ingreso de dinero e incluso pago de facturas. Y con la app se puede desde hacer transferencias a pedir un crédito.
Esta circunstancia hace que las personas mayores cada vez tenga más difícil operar en los bancos sin caer en algún tipo de problema. Es más, además de no ayudar nadie a estas personas que no tienen la tecnología en la cabeza, muchos se aprovechan de ellos todavía más.
Es el caso de CaixaBank, que tiene unos comerciales al uso, bajo el sobrenombre de “gestores de cuentas VIP“, que abordan a los ancianos que llegan a sus bancos para ofrecerles tratamiento especial con sus casi siempre ínfimos ahorros.
No se puede tolerar
Este tipo de prácticas no se puede tolerar. Porque los ancianos van con la mejor de las sonrisas y siempre confían en las personas que les tratan en los bancos. Por eso son los más fáciles de manipular. Y luego llegan las terribles consecuencias.
Cuando firman algo por desconocimiento y resulta que han abierto algún tipo de fondo de inversión que no funciona del todo bien. Se han dado casos de gente que ha perdido todos sus ahorros en este tipo de gestión. A los ancianos los tenemos que cuidar.
