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Susanna Griso despide tertulianos de Espejo Público en pleno directo

Las interrupciones constantes durante el programa en vivo y en directo fueron vistas por miles de espectadores

Espejo Público, es un programa matinal de Antena 3 que siempre se ha destacado por sus discusiones y algunas polémicas a través de su presentadora, Susanna Griso y algunos de los tertulianos. Sin embargo, en el último episodio vimos algunos rifirrafes  entre dos colaboradores que participaban en el programa de televisión.

La tensión fue tal, que se pudo ver a la presentadora en un tono al que no estamos acostumbrados. Todo tenía que ver con una noticia que encendía mucho el debate en la mesa del programa y que se trataba de que el Gover de Baleares iba a llevar a cabo la expropiación de varias decenas de viviendas.

Susanna Griso tertulianos Espejo Público
Susanna Griso tuvo un momento complicado

El tema principal del programa eran unas viviendas que estaban como alquiler social

Estas viviendas eran 52 y todas se encontraban vacías  y que se ofrecerán como alquiler social a través del Instituto Balear de la Vivienda con rentas que no superen el 30% de los ingresos de las familias. Si cumplen ese requisito, irían destinadas a ellas. Una medida que generaba bastante polémica en el programa de Antena 3. 

Esto daba lugar a varias opiniones bastante complejas. Entre los que creían que se trataba de una medida populista y electoralista, a los que ponía en el foco en los bancos y en lo inadmisible que es que tengan tantas viviendas a su disposición y sobre todo por estar vacías.

Los tertulianos de Espejo Público que acabaron con la paciencia de su presentadora

Pero Susanna Griso intentó dar paso a otro tema. En este caso, sobre la Semana Santa y las restricciones que valora implantar Sanidad para no caer en una cuarta ola del coronavirus. “Queda un mes, señores, señores que tengo que seguir con otro tema. Queda un mes para Semana Santa, y hay que evitar como sea… “.

Sin embargo, la interrumpían constantemente estos dos colaboradores. Así que Griso alzó la voz y dio un puñetazo en la mesa. Prueba del gran cabreo que tenía y de que la paciencia se le había colmado. “Oye, por favor, que estoy cambiando de tema”, gritaba. A partir de ahí, se hizo el silencio y comenzaron a respetarle.

Roberto Leal