En Roma, donde las victorias suelen estar reservadas a los grandes nombres, Alexander Muller decidió escribir su propio capítulo a base de coraje. Resistió dos puntos de partido ante Jiri Lehecka y lo mandó a casa. El primer gran sobresalto del Masters 1000 ya tiene protagonista
Lo del checo Lehecka parecía controlado. Viento a favor, ranking superior, experiencia reciente de éxito —un título en Brisbane, buenas actuaciones en circuitos duros— y un primer set que ganó casi sin sudar: 6-2. Un trámite, dijeron algunos. Un calentamiento, pensaron otros. Pero lo que se venía era una trampa envuelta en resistencia francesa en Roma.
Muller, el francotirador inesperado
Alexander Muller no es un nombre que genere titulares… todavía. No tiene el aura de los top ten, ni el hype de las promesas adolescentes, pero tiene lo que más importa en días como este: un juego sobrio, una cabeza firme y una capacidad sorprendente para aguantar cuando parece que todo está perdido.
Con 27 años y apenas empezando a consolidarse entre los 40 mejores del mundo, Muller no entró en Roma a pasear su ranking, sino a demostrar que puede ser una piedra en el zapato de cualquiera. Y hoy, esa piedra fue suficiente para hacer tropezar a Lehecka.
El segundo set fue el cambio de narrativa. Muller ajustó su servicio, empezó a encontrar ritmo con su revés y, sobre todo, dejó de ceder metros. El checo, algo desconcertado, perdió precisión, y el francés se llevó el set por 6-3.

Una tercera manga de alta tensión
Entonces llegó el set definitivo, y con él, el drama. Lehecka reaccionó, Muller no cedió. Ambos mantuvieron sus saques, ambos subieron la intensidad. Y el desenlace llegó en forma de ‘tie break’, ese pequeño coliseo donde la fuerza mental vale tanto como el brazo.
Lehecka tuvo dos puntos de partido. Dos oportunidades para cerrar el encuentro y volver al hotel con una victoria discreta pero eficaz. Pero Muller resistió. Primero con valentía, luego con precisión quirúrgica. Y cuando le tocó a él cerrar, no tembló. 7-6 en el tercero. Y sorpresa consumada.
Roma ya tiene su primer batacazo
Lehecka se despide demasiado pronto de un torneo que lo necesitaba en las rondas grandes. Y Muller, mientras tanto, se cuela en segunda ronda con el aire de quien no tiene nada que perder, pero mucho que demostrar. Su próximo reto: Stefanos Tsitsipas, un rival de otra dimensión. O eso dirán. Pero visto lo visto, en Roma nadie está a salvo.
Muller ya ha dejado claro que no entiende de lógica ATP. Él juega a resistir. Y a veces, eso basta para cambiarlo todo.