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Escabechina en Roland Garros

La primera ronda sacude el cuadro con salidas prematuras de Fritz, Cerúndolo y varias figuras femeninas

No hay Grand Slam sin drama, pero lo de Roland Garros 2025 roza la purga. Apenas ha comenzado el torneo y ya han rodado cabezas ilustres. Algunos favoritos, que aterrizaron en París con galones y pronósticos a favor, han abandonado la Philippe-Chatrier con más tierra en los bolsillos que gloria en las raquetas. La primera ronda, cruel e inapelable, ha dictado sentencia. El primero en besar la lona fue Francisco Cerúndolo, uno de los jugadores más fiables en arcilla esta temporada.

El argentino venía con galones tras una gira notable, pero su estreno fue un baño de realidad, eliminado por el canadiense Gabriel Diallo, un talento emergente con más hambre que nombre. En pocas horas, las quinielas empezaban a reescribirse. Y no fue el único. Taylor Fritz, número cuatro del mundo, tampoco pudo escapar del naufragio. Su derrota ante el alemán Daniel Altmaier dejó al cuadro masculino cojo de una de sus piezas más sólidas. Un batacazo que confirma que en París el ranking sirve para poco y que cada partido es una emboscada disfrazada de debut.

Francisco Cerúndolo
Cerúndolo tropezó en su debut en Roland Garros

Fritz cae, Altmaier sonríe: la arcilla no perdona

La caída de Taylor Fritz fue, quizás, la más estruendosa. Llegaba como candidato serio al menos a cuartos de final. Pero el estadounidense, regular y en forma durante la gira de primavera, no encontró la brújula en París. Altmaier, un veterano de sorpresas, se impuso en cuatro sets, 7-6, 3-6, 6-3 y 6-1. Lo que empezó como una lucha equilibrada se desmoronó al perder Fritz el tercer set. A partir de ahí, su tenis se evaporó como el polvo de la pista tras el paso de un vendaval.

Mientras tanto, el alemán avanzó con la mirada fría de quien ha venido a incomodar. Ya lo hizo antes y lo ha vuelto a hacer. Lo que para Fritz era una alfombra hacia las rondas nobles, para Altmaier era una oportunidad perfecta de estropear la fiesta. Y esto no fue exclusivo del cuadro masculino. En el torneo femenino también hubo bajas de alto voltaje.

El cuadro femenino tampoco se salva del temblor

Emma Navarro, una de las jugadoras con mejor progresión este año, dijo adiós demasiado pronto. Cayó ante Marta Kostyuk, la española que plantó cara a Sabalenka en Madrid y que sigue consolidando su nombre en los duelos importantes. También Linda Noskova, otra promesa con recorrido, se suma a la lista de víctimas de esta jornada volcánica.

La conclusión es clara, en Roland Garros, ningún nombre está a salvo. Aquí no hay primeras rondas cómodas, solo trampas bien disimuladas. Es un torneo que exige, devora y, cuando puede, castiga sin piedad a los que se confían. Y esta edición ya ha dejado claro que no tiene intención de ser indulgente.

Carlos Alcaraz