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Todos los conflictos de los capitanes del Real Madrid con Florentino Pérez

Florentino Pérez ha tenido sus más y sus menos con ellos / Agencias

En principio, ser jugador en el primer equipo del Real Madrid no es nada fácil, cuanto menos, ser capitán. Una vez lo consigues y portas el brazalete que tanta carga simbólica lleva consigo mismo, la cosa empieza a ponerse más fácil siempre y cuando sientas de verdad los colores. Finalmente, pasarás a la historia y los aficionados guardarán para ti un hueco en su corazón para siempre, pero hay un momento en el que lo que recibes no se corresponde con todo lo que tú has dado: la despedida. ¿Acaso estos hombres en su día no se merecieron mucho más?

A día de hoy, la capitanía del Real Madrid se escoge por orden de antigüedad, pero no siempre ha sido así, pues hubo un tiempo en el que los cuatro capitanes eran dos veteranos, un extranjero y un joven. Es por eso por lo que en su día le tocó tirar del carro a Fernando Redondo junto con Manolo Sanchís, Fernando Hierro y Raúl.

Redondo se caracterizaba por ser un mediocampista muy especial. Sus pases parecían bailar a ritmo de tango y el balón llegaba a sus pies como si un imán lo atrajese. Llegó en 1994 al Real Madrid y durante las seis temporadas en las que vistió de blanco lo dio todo por el club. El argentino llegó a afirmar que se sentía completamente madridista ya que el cariño del Santiago Bernabéu le había marcado de por vida. Lástima que el de Florentino Pérez no, que prefirió embolsarse 3.000 millones de pesetas por su traspaso al Milan antes que atender a los deseos del futbolista a permanecer en el Madrid y del entonces entrenador, Vicente del Bosque, que lo consideraba una pieza fundamental para su equipo. Este traspaso forzado provocó el enfado de los socios y aficionados y en 2003, cuando el Milan tuvo que visitar el Bernabéu en Champions, las gradas se volcaron con Redondo y los Ultra Sur le regalaron una placa.

 

Fernando Hierro está considerado uno de los grandes capitanes del Real Madrid e icono blanco allá donde los haya. En 1989 iba a ser fichado por el Atlético de Madrid, pero él mismo confesó que prefería jugar en el equipo de Chamartín hasta que finalmente, consiguió su objetivo.

Hierro marcó 109 goles con el Real Madrid, una cifra asombrosa teniendo en cuenta que el malagueño no era delantero, sino defensa. Además, jugó 439 partidos con la camiseta blanca, además de ser nombrado mejor defensa de la UEFA Champions League en la temporada 1997/1998, la misma en la que el Madrid logró la Séptima. Sin embargo, Florentino Pérez decidió prescindir de sus servicios en 2003 y ni siquiera le organizó un homenaje para despedirlo de ese club al que el andaluz le había entregado su vida. Dicho homenaje llegó en 2005 justo después de su retirada, el cual consistió en un saque de honor en el Real Madrid-Atlético de Madrid, una camiseta conmemorativa y la posibilidad de poder presenciar el partido desde el palco vip.

 

Tras la marcha de Hierro, Raúl tomó el testigo del brazalete de capitán. Desde luego, los madridistas no tienen nada que reprocharle al eterno 7 ya que este siempre se ha dejado la piel en el césped por el Real Madrid, es más, llegó un momento en el que Raúl era sinónimo de Real Madrid.

Hasta la fecha, Raúl es el máximo goleador de la historia del Real Madrid (307 tantos) y el jugador que más encuentros ha disputado de blanco (741). En 19 años que lleva ejerciendo como futbolista profesional solo ha visto 3 tarjetas amarillas y ninguna roja. Otra cosa que también le agradecen todos los madridistas es que cuando todo el equipo ha estado dormido, él ha corrido durante los 90 minutos de partido. Ningún galáctico lo reemplazó jamás hasta que en la temporada 2009/2010, Manuel Pellegrini lo sentó en el banquillo dando paso al recién llegado Cristiano Ronaldo. Después de un curso pasando más tiempo como suplente que como titular, dejó su club de toda la vida, el cual lo despidió con una simple rueda de prensa. Nada que ver con el homenaje que le hizo su posterior equipo, el Schalke 04, que lo despidió delante de su afición rodeado de su familia y después retiró el dorsal 7 por un año. Al igual que ocurrió con Hierro, el tributo a Raúl en la Casa Blanca llegó años después, concretamente con el trofeo Santiago Bernabéu, donde el eterno 7 jugó la primera parte con el Real Madrid y la segunda, con el Al-Sadd, su actual equipo.

 

Guti era tercer capitán del Real Madrid en la época de liderazgo de Raúl. Al contrario que el 7, al entonces 14 madridista le reprochaban muchos aficionados por qué no utilizaba en todos los partidos todo el genio que tenía en sus botas, pero lo que sí que el madridismo ha admirado siempre de él ha sido el amor que propaga por el club blanco a los cuatro vientos.

El centrocampista de Torrejón de Ardoz se formó en las categorías inferiores del Real Madrid y debutó en el primer equipo en diciembre de 1995. Jugó 542 partidos, marcó 77 goles y dio muchísimo espectáculo con sus pases a todos los amantes del fútbol. Era simplemente un madridista de toda la vida. Guti abandonó el Real Madrid a la par de Raúl y al igual que pasó con el primer capitán, su despedida consistió en una rueda de prensa. Sus fans siguen pensando de después de toda una carrera dedicada al Madrid, Guti se merecía mucho más que eso.

 

Cuando Raúl se fue del Real Madrid, incluso los más ‘raulistas‘ se quedaron tranquilos al ver que la capitanía del Real Madrid iba a estar en buenas manos en el sentido literal de la palabra con Íker Casillas, uno de los pocos jugadores que había en la plantilla 2010/2011 que todavía sentía los colores.

Todo apuntaba a que a Casillas le irían las cosas bien como primer capitán del Real Madrid, pero lo último que cualquier experto en fútbol podría esperar era la suplencia del mejor portero del mundo. José Mourinho lo sentó en el banquillo el año pasado y a pesar de que el portugués ya se ha ido, Carlo Ancelotti tampoco ha dado vuelta atrás. Es cierto que cuenta con él para la Copa del Rey y para la Champions, pero Íker aún se ve con suficiente rendimiento físico como para limitarse a tan pocos partidos. En más de una ocasión ha dejado en duda su futuro para el año que viene y visto lo visto y en caso de que se vaya, no es demasiado probable que este año reciba ningún homenaje por parte de su club de toda la vida.

 

En estos momentos, Sergio Ramos es el segundo capitán del Real Madrid, aunque con la continua suplencia de Íker Casillas, es muy habitual ver al sevillano portando el brazalete. Dijo cumplir un sueño cuando fichó por el club de Chamartín y desde entonces, lleva 8 años dando lo mejor de sí mismo hasta llegar a estar considerado en la actualidad uno de los mejores defensas del mundo.

En los últimos partidos ha sido muy discutido su juego debido a que su rendimiento está por debajo de lo habitual. Además, tiene la mala costumbre de forzar tanto que hasta que no le sacan tarjeta, no para. El pasado sábado se convirtió en el jugador con más expulsiones en la historia del Real Madrid. El club blanco ya le ha dado un toque de atención y de él depende que en su historial pese más su talento que sus rojas.

@Isabel_Arroyo

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