Beñat Prados ha sufrido una grave lesión que lo dejará fuera de toda la temporada, un golpe inesperado para el Athletic Club que ahora debe reorganizar su centro del campo
El Athletic Club ha recibido un mazazo que ningún aficionado quería escuchar, Beñat Prados estará fuera de combate durante toda la temporada. La rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda no es solo un diagnóstico médico, sino un cruel recordatorio de lo frágil que puede ser el destino de un futbolista. Una jugada, un mal gesto, y la campaña entera se convierte en un relato inconcluso.
Para Ernesto Valverde, la noticia no llega en un momento cualquiera. Pierde a un centrocampista que no siempre era titular, pero cuya presencia equilibraba la rotación como una pieza discreta pero esencial en un engranaje. El parte médico no deja margen para la esperanza inmediata, cirugía y, después, la larga travesía de la rehabilitación. Entre ocho y nueve meses de ausencia que convierten la temporada 2025 en un recuerdo perdido para el navarro.
El tablero de Valverde: piezas veteranas y jóvenes aspirantes
Ante el vacío dejado por Prados, la mirada se dirige inevitablemente a la primera plantilla. Mikel Vesga, el pulmón incansable del mediocampo, gana peso específico y se convierte en la brújula obligada del sistema. A su lado, nombres como Íñigo Ruiz de Galarreta y Mikel Jauregizar emergen como pilares experimentados capaces de sostener el esqueleto táctico rojiblanco. Valverde confía en ellos para que la transición no se convierta en un desgarro estratégico.
Pero el Athletic, fiel a su idiosincrasia, siempre reserva un espacio para los jóvenes. Alejandro Rego, que lleva meses respirando la rutina del primer equipo, aparece como el candidato más natural para ocupar la vacante. Su progresión es vista como una promesa y, al mismo tiempo, como una necesidad. Desde el filial, Manex Gibelalde y Eñaut Lete esperan en la sombra, dispuestos a dar el salto si la situación lo exige. Porque en Bilbao, la cantera no es plan B, sino una convicción ancestral.
Una temporada bajo la lupa
La ausencia de Prados no solo altera las alineaciones, sino también el ánimo colectivo. Cada temporada es un rompecabezas, y Valverde ahora debe completar la figura con una pieza menos. El Athletic pierde profundidad en una zona vital, y el margen de error se reduce en un calendario que no perdona. La incógnita es clara: ¿podrán las alternativas mantener el pulso competitivo?
Lo paradójico es que, en medio de la desgracia, se abre una oportunidad. Las lesiones, crueles y arbitrarias como tormentas de verano, también fuerzan la aparición de nuevos protagonistas. En la balanza rojiblanca se contraponen el dolor de la ausencia y la esperanza del relevo. Al final, el fútbol siempre se reinventa, lo que hoy parece una grieta puede convertirse mañana en el resquicio por donde brota la sorpresa.