Tras el amargo final en Anfield luego de remontar un 0-2 dejó pocos puntos positivos para el Atleti. Las gradas colchoneras se ensañan contra dos futbolistas que no logran dar la talla.
Llorente y poco más… Atlético de Madrid cayó en su debut de Champions, en un escenario difícil y con varios jugadores en casa por diversas lesiones. Vendió cara la derrota, es cierto, pero la desconexión de los primeros 7 minutos del encuentro y ante un rival de la jerarquía del Liverpool fueron letales. El mal arranque liguero encadenado a un pésimo Mundial de Clubes pone en el banquillo de los acusados a algunos jugadores que no han podido demostrar un nivel que el Atleti necesita.
Robin Le Normand y Alexander Sorloth están señalados por las críticas de la afición. El defensa franco-español es uno de los inamovibles en la férrea estructura defensiva para el Cholo. Ayer, se le escurrió Van Dijk en la última pelota parada del partido a los 92 minutos que terminó en el agónico triunfo de los Reds. Lo del delantero noruego es un caso particular. La temporada pasada tuvo númerosmás que aceptables para un delantero, pero algo no termina de convencer al ojo rojiblanco.
Apuntan al mercado 2026
Atlético salió a romper en el verano despilfarrando casi 200 millones de euros en fichajes. Sin embargo, no hubo ventas rutilantes, más allá de la salida de Rodrigo de Paul y Ángel Correa. Si continúa ésta dinámica de resultados, puede que, en el receso invernal, el Cholo haga una depuración en la plantilla. Es difícil que Le Normand sea apuntado para entrar en el escaparate. El entrenador lo considera una pieza importante y cree que la dupla con Hancko es la titular. Quizás, en 2026, el Atleti vuelva a la carga por Cuti Romero. Ahí sí, podría abrirse otro panorama para el internacional con España.
Diferente es la situación para Sorloth. El ex Villarreal ya había coqueteado con una salida en el último mercado. Atlético estuvo en la búsqueda de un centrodelantero. Se habló de Gyokeres (se fue al Arsenal), Benjamín Sesko (Leipzig) y Darwin Núñez (Al Hilal), entre otros, que estuvieron en la órbita de Bucero. Pese a los 20 goles en 35 partidos de la temporada pasada, la torre nórdica no logra convencer al míster para ser la compañía ideal de Julián. Ayer, ingresó en el minuto 60 y no cuajó ninguna jugada de gol. No está fino con la pelota, ni tampoco pudo explotar su mejor virtud: el juego aéreo.
Llorente, el héroe en solitario
Tras el mazazo del arranque feroz del Liverpool, el escenario pintaba negro, aunque los colchoneros volvieron a aferrarse a su épica y, principalmente, a la inspiración de Marcos Llorente, igual que en 2020, para no bajar los brazos y reaccionar cuando todo parecía perdido. El equipo se sostuvo en él para recuperar la confianza y en algo del sacrificio de Giuliano Simeone para intentar presionar la salida del campeón de la Premier League.
Justo antes del descanso, el madrileño se lanzó desde el borde del área para empujar la pelota y recortar diferencias, confirmando esa conexión especial que tiene con Anfield. En la reanudación insistió en dejar su sello y, con el apoyo de un Atlético herido en su orgullo y condicionado por las numerosas bajas, volvió a aparecer. Tras una acción iniciada por Barrios y Koke, enganchó un disparo soberbio para soñar con la remontada, frustrada solo por un cabezazo final de Van Dijk que le quitó el título de héroe de la noche.