David García, una de las sorpresas del Cádiz CF en pretemporada, aún no ha tenido minutos en el inicio liguero, lo que genera dudas sobre el papel que le otorgará Gaizka Garitano esta temporada
El Cádiz CF ha comenzado la temporada 25/26 en Segunda División con un aire de ambición contenida. La victoria frente al CD Mirandés en el Nuevo Mirandilla y el empate en Butarque contra el Leganés lo ubican en una posición cómoda, cuatro puntos de seis posibles, un inicio que invita al optimismo.
Sin embargo, como ocurre con las casas recién pintadas, basta acercarse un poco para descubrir grietas en los cimientos. Gaizka Garitano, consciente de ello, no se ha cansado de repetirlo: la plantilla necesita refuerzos. Tres, ni uno más ni uno menos. Un delantero, un centrocampista y un central. La Santa Trinidad de cualquier entrenador que sospecha que la manta es demasiado corta.
El centro del campo en el ojo del huracán
En este arranque liguero, la medular cadista ha tenido tres guardianes, Yussi Diarra, Moussa Diakité y Sergio Ortuño. Tres hombres de confianza para Garitano, mientras otros, como Joaquín González o David García, observaban desde la banda cómo el tren pasaba de largo. El caso de este último resulta especialmente intrigante. Y no porque carezca de talento, sino porque lo tuvo todo para ser protagonista y, sin embargo, no ha pisado aún el césped en partido oficial. Es el clásico contraste del fútbol, un verano lleno de promesas que se disuelven al primer silbido arbitral.
Lo curioso de David García es que su historia parecía escrita antes de empezar. Fichado del Xerez CD por apenas 3.000 euros una cifra que en el mercado actual equivale poco menos que a una propina, su destino inicial era una cesión al Atlético Sanluqueño. Un plan ordenado y previsible, como quien archiva un documento sin importancia. Pero el fútbol, caprichoso como un río que se sale del cauce, decidió otra cosa. El mediocentro brilló en pretemporada, mostró personalidad y convenció al cuerpo técnico. El descarte se convirtió en hallazgo, el jugador invisible en revelación inesperada.
Una incógnita sin respuesta
Y sin embargo, aquí estamos, dos jornadas de liga, cero minutos para David García. Del entusiasmo de los amistosos a la fría sombra del banquillo. La antítesis es evidente, lo que parecía un ascenso meteórico se ha transformado en un limbo futbolístico. Los aficionados, que vieron en él un soplo de aire fresco, esperan que pronto cruce la línea de cal con la misma determinación que mostró en verano.
Pero mientras Garitano insiste en pedir fichajes, el futuro del joven centrocampista oscila como una veleta en un día sin viento, inmóvil, pero lleno de incertidumbre. La afición, que lo vio destacar en los amistosos, espera que pronto pueda debutar en competición oficial con la camiseta cadista.
