San Mamés celebra la primera victoria europea y el estreno de los hermanos Williams juntos en la Liga de Campeones
El Athletic Club cumplió con su deber en una noche que quedará grabada en la memoria de San Mamés. El conjunto de Ernesto Valverde logró su primera victoria en la Champions League tras remontar al Qarabag FK, en un partido que combinó sufrimiento, carácter y emoción. Más allá del resultado, el encuentro será recordado por un hecho simbólico: el debut de Nico Williams en la máxima competición europea, compartiendo césped con su hermano Iñaki.
El joven extremo rojiblanco, aún lejos de su mejor forma tras varias semanas de inactividad, no brilló como acostumbra, pero su mera presencia en el campo ya tuvo un peso emocional enorme. “No estoy al cien por cien, pero volveré pronto”, escribió el propio futbolista en redes sociales al terminar el encuentro, agradeciendo el apoyo de la afición y subrayando lo especial de vivir ese momento junto a su hermano.
El sueño de los hermanos Williams
Para los hermanos Williams, el choque ante el Qarabag fue mucho más que un partido. Fue la culminación de una historia familiar tejida en Lezama, con años de esfuerzo y perseverancia detrás. Nico lo expresó con una mezcla de emoción y orgullo en su cuenta de X:
“Jugar la Champions es un sueño hecho realidad, pero hacerlo junto a mi hermano… eso no tiene precio. Solo nosotros sabemos lo que significa y todo lo que hemos pasado para llegar hasta aquí. Goazen Athletic.”
En Instagram, su mensaje fue aún más íntimo:
“Hoy no solo jugué un partido, hoy toqué el cielo con los pies. Cada gota de sudor fue una estrella del sueño que llevo persiguiendo desde niño.”
Una victoria necesaria y un punto de inflexión
El triunfo ante el Qarabag no solo devuelve la confianza al equipo tras las dos derrotas iniciales, sino que mantiene vivas las opciones de clasificación. El Athletic se reencontró con su versión más competitiva, empujado por la grada de San Mamés, que volvió a vibrar con un equipo fiel a su estilo: presión alta, ritmo intenso y determinación hasta el final.
Aunque Nico aún busca recuperar su mejor tono físico, su regreso supone una inyección anímica y futbolística para un vestuario que necesitaba una noche así: de fútbol, de sentimiento y de esperanza.