El entrenador tiene un as bajo la manga para medirse al decaído elenco culé que tiene la necesidad imperiosa de sumar de a tres
Un choque de necesitados, atendiendo a la previa de un partido en el que los entrenadores parecen tener su cabeza en peligro. Levante visita el Camp Nou, y Paco López tiene en sus manos la enorme posibilidad de plantar cara como tanto se lo pide su afición. Para ello podría cambiar de sistema, y de los tres defensores con carrileros largos, pasar a un clásico 4-4-2 que bien le ha ido antes.
Es el primer asomo de cambio que se tiene en el marco oficial. El entrenador sabe que debe acabar de una vez por todas ese estirpe negativo de 14 jornadas sin conocer el triunfo, y busca sea ante un Barcelona desconocido que viene de ceder puntos importantes en sus últimos dos partidos. Duelo de alta tensión, pasando de ser un compromiso de tránsito para los culés, a un choque de vida o muerte al menos para Ronald Koeman.
Cambios tácticos y nominales, la primera noticia en el choque del Barcelona y el Levante en el Camp Nou
Lesionado, Dani Cárdenas le da su espacio a Aitor en la portería. Ahí ya existe la primera novedad, teniendo en cuenta que el meta titular por dolencias tendrá que resguardarse en su casa. Miramón volverá a ser el lateral derecho en esquema esta vez de 4, con Clerc en la izquierda y el alemán Mustafi junto a Rubén Vezo en el eje defensivo.
Melero en el medio campo parece estar listo, y con el regreso de Jorge De Frutos hay distribución. El segundo va al costado, y de ahí en más Rioja y Pablo Martínez al medio con Campaña recuperándose aún. El ataque no tendrá muchas novedades, pues apela a la continuidad de José Luis Morales y Roger como solución de gol.
Koeman más desesperado que siempre
Ya con todo este panorama, es momento de ver la otra cara de la moneda, con un FC Barcelona realmente desesperado. El club azulgrana tiene un déficit tremendo, y se agudizó tras el empate en casa ante Granada al igual que ante Cádiz de visita. Eran dos rivales para sumar de a tres y se les ha visto al final muy disminuido.
El entrenador es el que carga el mayor peso de todo, su cabeza está en peligro y toda la afición lo reclama. No hay margen de error y en su campo y ante su gente debe llegar el respiro. De no conseguirlo hay quiénes afirman que está hecho, y su salida será solo cuestión de tiempo. No se soporta más, y menos viendo al rival de toda la vida ganando todo y trepado en el liderato.
