El brasileño lideró la reacción con dos goles y el centrocampista español confirmó su gran momento en un equipo que crece sin Isco
En los partidos marcados en rojo en el calendario, suelen aparecer los futbolistas llamados a cambiar el destino de un encuentro. En Villarreal, cuando el Betis parecía noqueado tras el segundo gol de Moleiro, emergió la figura de Antony para rescatar a su equipo. Con dos acciones de talento y determinación, el brasileño levantó a los verdiblancos de la lona y los condujo hacia un empate (2-2) con sabor a triunfo, tanto por el contexto del partido como por el escenario: el campo de un rival directo por las plazas de Liga de Campeones.
Junto a él, Pablo Fornals volvió a firmar una actuación sobresaliente, confirmando el gran momento que atraviesa desde su llegada al conjunto de Manuel Pellegrini.
Fornals, el talento regular que mitiga la ausencia de Isco
La ausencia de Isco se percibe menos cuando Pablo Fornals juega a este nivel. Pellegrini lo adelantó unos metros, hasta su zona natural en tres cuartos, y el movimiento fue decisivo. Desde ahí, el castellonense manejó los ritmos con precisión y visión, conectando líneas y generando peligro constante.
Por fin ha logrado lo que se le pedía desde su llegada: continuidad y regularidad para acompañar su innegable talento. Frente al Villarreal, firmó una actuación completa, con dos asistencias milimétricas para Antony. Cada balón que pasó por sus botas tuvo sentido. Fornals, en su madurez futbolística, se ha convertido en el termómetro del juego bético.
Antony, del exceso de altruismo a la explosión goleadora
Hasta ahora, al brasileño se le pedía un punto más de egoísmo. Su vocación asociativa y su tendencia a buscar el pase sencillo lo habían alejado del área rival. En Villarreal corrigió esa carencia con dos goles de clase mundial que devolvieron la esperanza a su equipo.
Antony asumió la responsabilidad cuando el Betis más lo necesitaba, y su actuación recordó por momentos al jugador desequilibrante que brilló en Ámsterdam. La agresividad en el uno contra uno y la determinación para rematar marcaron la diferencia. Su doblete no solo rescató un punto: también lo confirmó como líder ofensivo del equipo.
Abde y Amrabat, entre la eficacia y el desgaste
Abde volvió a mostrarse incisivo por banda izquierda, aprovechando la inexperiencia del lateral Pau Navarro. Sus conducciones fueron un constante dolor de cabeza para la defensa local, aunque el equipo no supo explotarlo con continuidad. Su sustitución por Ruibal sorprendió a parte de la grada, que consideraba que aún tenía margen para seguir desequilibrando.
En la medular, Amrabat ofreció su habitual lectura táctica, atento a las coberturas y a los movimientos entre líneas. No obstante, el intercambio constante de golpes entre ambos equipos le restó control y lo obligó a un esfuerzo físico mayor, perdiendo precisión en los últimos minutos.
El Betis, pese a las adversidades, salió de Villarreal con una sensación clara: el equipo compite, reacciona y encuentra soluciones. La reaparición de Antony y la madurez de Fornals son las mejores noticias para un bloque que mantiene viva la ambición europea.