Sheraldo Becker vive horas decisivas en el mercado. Sin espacio en la Real Sociedad, el atacante surinamés se ha convertido en objetivo de Rayo Vallecano y Real Oviedo, dos clubes que buscan reforzar su delantera antes del cierre de fichajes
Sheraldo Becker ha pasado de ser la bala del Union Berlin a convertirse en una pieza suelta en el puzle de la Real Sociedad. Llegó en pleno invierno de 2023, con la etiqueta de fichaje útil y la promesa de velocidad, pero su estancia en San Sebastián ha sido más bien la de un invitado que no encuentra silla en la mesa. Se dejó ver en 54 partidos, marcó seis goles y dejó la sensación de que corría más que pensaba, un mérito que en LaLiga suele quedar bonito en las repeticiones pero no suficiente en las estadísticas.
Hoy, con contrato hasta 2026, el delantero surinamés vive la paradoja de tener vínculo firmado pero no espacio real. La llegada de Gonçalo Guedes más brillo, más cartel, más minutos ha terminado por clausurar cualquier rendija de protagonismo para Becker. Así, la Real Sociedad se apresura a buscarle un nuevo destino antes de que el mercado cierre, no tanto por capricho como por pura higiene deportiva.
Entre vallekas y el carbayón: dos caminos, una duda
El Rayo Vallecano aparece como un candidato natural. Equipo de barrio, alma guerrillera y necesidad urgente de dinamita arriba, ve en Becker un socio eléctrico para Nteka y Sergio Camello. Ya han reforzado su defensa con Nobel Mendy, ahora sueñan con un atacante que convierta el desborde en gol. Y Becker, con esa zancada de velocista olímpico, podría darle a Vallecas lo que le falta: vértigo en las bandas.
En paralelo, el Real Oviedo escucha la misma melodía, aunque con distinto ritmo. La Voz de Asturias asegura que lo quieren como un fichaje estratégico, alguien capaz de añadir velocidad y desmarques para sostener sus aspiraciones de permanencia en la élite. Para un club que busca dejar de ser comparsa y asentarse en la Primera División, Becker no sería un lujo, sino una necesidad urgente, casi un salvavidas.
El tiempo como juez
El reloj del mercado avanza con la frialdad de un verdugo medieval. Dos semanas parecen mucho en el calendario, pero en el fútbol se evaporan en un suspiro, como la espuma de una caña recién servida. Becker, mientras tanto, espera, con la extraña sensación de que su futuro se debate en despachos lejanos, donde su voz apenas cuenta.
¿Será Vallecas o será el Tartiere? España seguirá siendo su escenario, pero el vestuario aún está por definirse. En este cruce de caminos, el delantero surinamés representa la metáfora perfecta del fútbol moderno, contratos largos, paciencia corta, promesas veloces que se consumen más rápido que un contraataque. Lo único seguro es que, una vez más, el balón dictará sentencia.
