Real Zaragoza y un comienzo lleno de dudas en Segunda. El equipo de Gabi volvió a mostrarse impotente y cosechó una nueva frustración frente al Albacete. Los maños necesitan un vuelco futbolístico urgente.
Gabi fue el héroe de la permanencia la temporada pasada, pero su crédito en La Romareda comienza a agotarse. Real Zaragoza no pasó del empate y está en zona de descenso. Al equipo se lo notó impreciso y con muy poco fútbol. Para colmo, la defensa volvió a mostrarse endeble y no pudo irse con la portería en cero. Es el peor arranque liguero desde el último descenso. Una ilusión grande que se está convirtiendo en un penoso comienzo y con el fantasma de la zona roja cerca.
Según pudo saber GOL Digital, por el momento la directiva no piensa en un cambio en el banquillo, confía en el proyecto de Gabi. Eso sí, necesita resultados para alimentar esa confianza. Tras el término del partido, al míster se le vio enfadado y apuntó contra el VAR, sin esbozar ninguna autocrítica. Quizás, habiendo sido jugador, fue el mecanismo para protegerlos luego de un paupérrimo desempeño en el campo de juego. Zaragoza necesita enderezar el barco pronto o se hundirá aún más.
No levanta vuelo
Frente al Albacete, los maños tuvieron dos oportunidades anuladas por el VAR, una por fuera de juego y otra por mano, que pudieron cambiar el destino del partido. Aún así, el conjunto de Gabi mostró sus limitaciones futbolísticas, especialmente en la construcción del juego y en la falta de fluidez con el balón, evidenciando que todavía necesita consolidar automatismos y generar mayor peligro ofensivo. La entrada de Saidu en el eje y de Akouokou en el medio aportó algo de solidez defensiva, aunque la resistencia física decayó en la segunda mitad.
Con un 4-4-2 de inicio, Kodro acompañó a Dani Gómez en la punta, Francho debutó en el lateral derecho y Paul se consolidó en la medular. El equipo tuvo control en el medio y cierto equilibrio defensivo. Las mejores ocasiones pasaron por Dani Gómez y los centros de Pomares y Sebas Moyano, aunque Lizoain detuvo los intentos más claros. La segunda mitad mantuvo la misma dinámica, con cambios que no lograron aportar frescura ni romper la escasez ofensiva. Al final, el Zaragoza volvió a chocar con su propia falta de contundencia y agotamiento físico, evidenciando que necesita más acierto para sumar puntos.
Futuro plagado de incógnitas
El Real Zaragoza debe encontrar ritmo y confianza si quiere revertir su mala racha. El 0-0 con Albacete también dejó algunas sensaciones positivas para rescatar. Paul Akouokou aporta al equipo blanquillo un ancla sólida en el centro del campo, brindando equilibrio y solidez, aunque su perfil no es creativo ni está pensado para desequilibrar con el balón. Su rol es claro: recuperar y distribuir de forma segura, dejando la generación de juego a otros compañeros.
El planteamiento de Gabi Fernández busca un fútbol directo y vertical, aprovechando cada acción para crear peligro sin perder tiempo en elaboraciones largas. Frente al Albacete, que optó por esperar y ceder la iniciativa, el Zaragoza encontró dificultades para encontrar espacios y acelerar el juego, mostrando la dependencia de los jugadores creativos y una total falta de fluidez en el centro del campo. El domingo, ante Ceuta, tendrá una nueva revancha.