La española accede a cuartos tras la retirada de Bouzkova y se medirá con Samsonova por un puesto en semifinales
A veces el destino, incluso en el exigente mundo del tenis profesional, decide aliviar el camino. Paula Badosa no esperaba terminar tan pronto su partido de octavos de final este martes en Estrasburgo, pero así ocurrió. Con el marcador igualado 3-3 en el primer set, Marie Bouzkova, su rival, se vio obligada a abandonar el encuentro por lesión, permitiendo a la catalana avanzar sin más desgaste del previsto.
No hubo celebración ni puño al cielo. Solo un gesto de preocupación y respeto hacia una oponente que había comenzado el duelo con buen ritmo, pero que pronto acusó molestias físicas que la hicieron detenerse. En este deporte, donde las jugadoras conviven con el dolor como quien lleva un paraguas en el bolso, nunca es fácil rendirse. Bouzkova lo hizo con resignación, mientras Badosa aceptaba la clasificación con serenidad.
Un respiro necesario antes de un choque exigente
Para Badosa, actualmente número 10 del mundo y tercera cabeza de serie en este torneo previo a Roland Garros, este paso a cuartos llega en un momento clave. No solo le ahorra energía física, sino que le permite preparar con más detalle su siguiente desafío: Liudmila Samsonova, la rusa número 19 del ranking WTA, que viene de eliminar con solvencia a la francesa Diane Parry por 6-4 y 6-4.
La española y la rusa ya se han visto las caras en anteriores ocasiones, con duelos de ritmo elevado y trazos de potencia. Si bien Badosa llega en buena forma, la consistencia de Samsonova en tierra batida la convierte en una rival incómoda. Será un test verdadero para medir hasta dónde puede llegar Badosa en esta gira europea.
Un torneo marcado por nombres y sorpresas
En la misma jornada, otras favoritas también impusieron su ley. La kazaja Elena Rybakina, cuarta cabeza de serie, superó sin problemas a la china Wang Xinyu (6-1, 6-3), confirmando que está lista para pelear por el título. La polaca Magda Linette, por su parte, eliminó a Rebecca Sramková (6-4, 6-3) y sigue mostrando solidez en este tipo de superficies.
El torneo de Estrasburgo, con su encanto alsaciano y su historia como antesala de París, sigue tomando forma. Y Paula Badosa, aunque no haya jugado el partido que esperaba este martes, se mantiene firme, mentalizada y, esta vez, con algo más de oxígeno en las piernas. Porque a veces el tenis, como la vida, también ofrece treguas inesperadas.
