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El Jugador: José Javier Barkero

Sigue la nueva sección de Riazor.org. En ella destacaremos un futbolista de la plantilla a la que se enfrente el Dépor esa jornada. No tiene por qué ser el mejor, tampoco el más guapo ni el más rico.

“Joder, es que es buenísimo”, indiqué en el Tiempo de Juego Coruña de Rock FM cuando nos marcó con facilidad pasmosa en Riazor. Fue, seguramente, el único taco que exclamé desde que acompaño en la retransmisión de los partidos del Dépor a Pepe Torrente, Juan Yordi, Pablo Reimúndez y Paco Liaño para la Cadena Cope. Ya con Álex Bergantiños vestido de Arconada, José Javier Barkero agarró el balón a 50 metros de la portería y se acercó a la puerta blanquiazul. Desde fuera del área, golpeó con sutileza al ángulo imposible. Un pase a la red. Significaba el 0-2 y cerrar un partido raro, un partido que el zurdo de Guipúzkoa había manejado a su antojo. Increíble que este jugador pudiese pasarse tantos años perdido en Segunda División.

José Javier Barkero pertenece a ese tipo de futbolistas que me chiflan, que me encantan. Zurdito de influencia asombrosa, de clase brutal y de visión de juego privilegiada. Futbolista de último pase. De último y de penúltimo. De tiros libres, de córners cerrados, de talento inagotable. Trescuartista, mediapunta o interior; llamémoslo como queramos, él se encargará de negarlo. La edad no importa, y eso lo saben en A Coruña, que hasta hace unos años tuvieron en Fran a un futbolista de esta estirpe.

Hace poco leí en un blog catalán un interesante post de 2012 que hablaba sobre esos jugadores. Afirmaban que juegan y piensan al revés que los demás. Extraigo un fragmento:

“Hay muchos jugadores con enorme talento, tocados por la varita mágica del fútbol, que poseen alguna habilidad especial, esa reservada para unos pocos. Dentro de este grupo de elegidos existe aún otro grupo aún más selecto y restringido que tienen a parte de su habilidad especial un valor añadido por diferentes, poco comunes: son zurdos. Porque en un juego en que la mayoría juega con la derecha existen unos tipos que tienen en la diestra el pie de apoyo, la pierna de madera y es la zurda su pierna hábil. Un hecho tan banal y tan trascendente. Porque los movimientos de un diestro son los estandarizados mientras que los zurdos juegan al revés, piensan al revés, ejecutan los movimientos rompiendo los cánones establecidos”.

Y sí, lo reconozco. Siempre quise ser zurdo.