Ha llegado la hora en la Casa Blanca, vana dar libertad a los que no sienten la camiseta
Se ha esfumado el sueño continental para el actual campeón de LaLiga Santander, y el campeón de la Súpercopa de España celebrada en Arabia Saudí. Los errores puntuales han sido su cruz, y el estudio tras ese fatídico partido han sido el nuevo testamento de quiénes al parecer terminarán saliendo por su falta de concentración e influencia en el juego.
El primero en ser señalado no podía ser otro que Raphael Varane. Sus dos errores fueron nada menos que dos goles encajados, un tema que ha pasado a ser decisivo el día de la eliminación. Primero saliendo mal en una pelota sencilla, y luego cabeceando corto para dejar perfilado a Gabriel Jesús que define a placer ante la salida estéril de Courtois.
El ataque de ahí en más fue el gran señalado del momento
Los errores puntuales se llevan todas las migas, pero el examen es completo, y lo cierto es que en ataque no se han dado muchas garantías. Solo ha rematado a portería 4 veces, justamente el día que el club necesitaba marcar dos goles para pasar al frente en la eliminatoria. En el partido de ida ya Carvajal había demostrado su falta de consistencia, y lo de ayer lo ha acabado de sentenciar. Otro más a la bolsa.
Luka Jovic ingresó cuando se necesitaba anotar, buscar los espacios y luchar ante la defensa citizen mano a mano. Pero no se ha visto, ha pasado desapercibido y sin muchas opciones claramente ha dejado una vez más una pálida imagen. Aunque el mal sabor de boca se lo ha llevado Zidane, que con Vinícius en el banco ha preferido dejarlo inactivo en un juego que requería de su habilidad.
El peor calificado tras Varane ha sido Hazard, una inversión alta para tan mala respuesta
Pero más allá de todo, del mal rendimiento grupal, y de la floja propuesta, el manto final es para Eden Hazard. Sin descuidar que ha sido Zidane el gestor de un Madrid sin ideas y muy débil. Guardiola le ha superado con creces, primero en el Bernabéu apostando por un bloque bajo, esperando para agredir en salidas rápidas por los costados. Y ayer, presionante, con mayor vocación a esto que a la posesión misma.
Eden ha estado flojo, intrascendente y muy opaco. No ha desbordado, no se ha visto incisivo y tras haber salido se le ha vuelto a ver cubierto por hielo. Sus lesiones no paran de acusarlo, y ya esto empieza a preocupar de más. Es el último señalado de la oscura noche británica, que ha acabado cuando el juez ha pitado y ha colocado al Madrid en modo vacaciones oficiales.
