Es noticia:

Mikel Merino ejemplo duro para la Real por Zubimendi

Del silencio en Donosti al liderazgo en el Arsenal

En el fútbol moderno, donde el ruido suele valer más que el juego, hay quienes ascienden sin estridencias. Mikel Merino, por ejemplo. El centrocampista navarro, curtido en Zubieta, consolidado en la Real Sociedad y escépticamente recibido en Inglaterra, ha terminado por convertirse en una de las figuras más completas del Arsenal de Mikel Arteta. Y no lo ha hecho gritando, sino jugando.

Nueve goles, una consagración y ningún maquillaje

La temporada de Merino no ha sido solo buena: ha sido la mejor de su carrera. Nueve goles entre Premier y Champions, una capacidad inédita para pisar área rival, y una presencia creciente en los partidos grandes. Contra el Liverpool, en Anfield, anotó un gol de esos que definen su estilo: llegada sin balón, inteligencia espacial y remate frío. Minutos después fue expulsado, recordándonos que el fútbol no escribe líneas rectas, sino curvas con filo.

Aun así, fue su partido. Y lo fue porque dejó claro que el Arsenal ya no juega sin él, y que Merino ha pasado de ser el engranaje invisible de la Real a ser el metrónomo emocional de un equipo que aspira —y compite— por todo.

EGD Real Sociedad
La salida del mediocampista Martín Zubimendi en la Real Sociedad aún sigue en pie

El espejo que espera a Zubimendi

Desde San Sebastián se observa esta evolución con una mezcla de orgullo y vértigo. Porque Merino no es solo un éxito individual: es la demostración de que el modelo txuri-urdin no solo produce talento, sino carácter. Y si hay alguien que está ahora mismo ante el mismo cruce de caminos, ese es Martín Zubimendi.

El mediocentro de la Real, perseguido por varios clubes de Premier League, mira al ejemplo del navarro como una hoja de ruta: marcharse cuando estás listo, adaptarte sin traicionar tu estilo, y crecer en un fútbol que exige más músculo y menos pausa, pero donde la inteligencia táctica —marca de la casa— puede marcar la diferencia.

Merino, que un día fue suplente en Newcastle y desdibujado en Dortmund, ha vuelto a la élite a su manera: sin prisa, sin arrebatos. Y esa paciencia, tan escasa como valiosa, es ahora parte de su legado.

De Zubieta al Emirates, sin perder el acento

En el Arsenal, Arteta lo ha convertido en un jugador total. Doble pivote, interior, incluso falso ‘9’ en momentos de necesidad. Lo ve como un segundo entrenador en el campo. Como un organizador sin ego, que no necesita escaparates porque tiene impacto.

En la selección española, Luis de la Fuente también ha tomado nota. Merino estará este verano en la fase final de la Liga de Naciones, probablemente como uno de los jugadores más completos de toda la convocatoria. Ha dejado de ser el jugador que “equilibra” para convertirse en el que decide.

Merino no da titulares: da ejemplo

Tiene contrato hasta 2028. No busca escapar, ni necesita hacerlo. A sus 28 años, ha alcanzado esa etapa en la que un futbolista ya no quiere demostrar, sino sostener. Y desde ahí, su figura empieza a pesar más: en el vestuario, en el banquillo y también… en Zubieta.

Porque si Zubimendi se va, y todo apunta a que acabará yéndose, será con una idea clara: que el salto no solo es posible, sino replicable. Merino ya enseñó el camino. Y lo hizo en silencio, como casi todo lo importante en este deporte.

Real Sociedad Zubimendi