Los tentáculos que maniobran en la adquisición del equipo de la capital del Turia
Hay hilos en el fútbol europeo que, si uno los sigue con detenimiento, terminan conectando más despachos que vestuarios. Uno de esos hilos comienza en la Academia Aspire, el sofisticado proyecto de formación del Gobierno catarí, y pasa por clubes como el PSG o el Valencia CF, hasta llegar cómo noa un fondo de inversión estadounidense con tentáculos financieros: Arctos Partners. La figura de Carlos Corberán, exentrenador del Leeds United, es solo la punta visible de una red tejida entre entrenadores, fondos y accionistas silenciosos.
Corberán, por ejemplo, llegó al Leeds cuando el club era propiedad de Andrea Radrizzani, y lo hizo apadrinado por Aspire, la misma academia que ahora preside Tim Cahill, viejo conocido de los despachos de Singapur y buen amigo de Peter Lim. De hecho, el propio Lim mantuvo hace meses una reunión con un jeque catarí, alto cargo del fondo soberano que controla Aspire y que, además, es accionista mayoritario del PSG. En esa reunión, según fuentes cercanas al entorno del empresario singapurense, Lim tanteó la posibilidad de ofrecer su paquete accionarial del Valencia CF (VCF) a este conglomerado del Golfo.
El fondo Arctos y la conexión Goldman Sachs
Pero la historia no termina en el desierto ni en los palcos de Mestalla. El jeque, según esas mismas fuentes, explicó a Lim que el fondo Arctos Partners, en el que Catar ha confiado parte de su futuro en el PSG, ya había mostrado interés en aplicar su estrategia de inversión minoritaria en otros clubes europeos. Su perfil es claro: compran entre un 5% y un 20%, sin interferir en la gestión, pero con la vista puesta en activos con alto potencial de revalorización y bajo riesgo deportivo. El modelo está diseñado para equipos con historia, necesidad de liquidez, y una base social estable. Como el Valencia.

Y aquí entra otro actor clave: Goldman Sachs, el banco que está refinanciando la deuda del Valencia CF y que mantiene una estrecha colaboración con Arctos. Este vínculo, lejos de ser casual, podría facilitar una entrada fluida del fondo americano en la estructura financiera del club, ya sea a través de inversión directa o como soporte en la búsqueda de un fondo de inversión para facilitar una futura venta.
Tampoco se puede pasar por alto que Arctos fue clave en la operación que permitió a los 49ers Enterprises comprar el Leeds United a Radrizzani. Y justo ahora, Radrizzani se deja ver interesado en hacerse con el paquete de acciones que aún posee Lim en el Valencia, a la espera de encontrar un respaldo económico sólido. Casualidad o estrategia, los mismos actores parecen moverse por los mismos escenarios, como si la élite del fútbol europeo fuese un tablero de ajedrez manejado por las mismas manos.
Mientras tanto, en los estadios, los cánticos siguen sonando. Pero en las salas de juntas, donde se decide el verdadero futuro de los clubes, la partida está mucho más avanzada de lo que parece.