Antonio Garamendi (CEOE) rechaza la huelga convocada por el partido de Vox
En un reciente giro de eventos, Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha expresado su oposición a la huelga general convocada por Vox para el próximo 24 de noviembre. Esta huelga, anunciada por Solidaridad, el sindicato vinculado a Vox, ha causado revuelo en el ámbito político y empresarial español.
Garamendi ha criticado la huelga, convocada bajo el lema ‘Frente a la desigualdad y la traición’, abogando por el retorno a los grandes consensos y rechazando la influencia de los extremos en la política y en la sociedad. Este rechazo del líder empresarial subraya una clara división entre la patronal y las propuestas de la ultraderecha española.
Unai Sordo (CCOO) condena la acción de Vox
Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), también ha mostrado su desaprobación hacia la huelga convocada por Vox. Calificando la acción como un intento de desestabilización, Sordo ha denunciado que detrás de esta convocatoria no hay un genuino interés en mejorar las condiciones de los trabajadores, sino una intención de agitar y desestabilizar. El líder sindical ha instado al Partido Popular (PP) a distanciarse de estas acciones y volver a los cauces democráticos.
La falta de representatividad de Solidaridad en el panorama sindical español es notable, ya que apenas cuenta con un 0,1% de representatividad entre los trabajadores. Sordo ha enfatizado que este tipo de movilizaciones políticas no benefician a los trabajadores y solo buscan generar conflicto.
Discrepancias en torno a los acuerdos de investidura
Además de la huelga, Garamendi y Sordo han expresado sus respectivas posturas en relación con los acuerdos de investidura entre el PSOE y otros partidos políticos. Mientras Garamendi ha mostrado su desacuerdo con la amnistía propuesta, alegando que crea inseguridad jurídica, Sordo ha defendido las medidas, argumentando que no perjudican la creación de empleo y pueden incluso fomentarla.
Garamendi ha expresado su preocupación por los efectos negativos que el aumento del SMI podría tener en la economía sumergida y las pequeñas empresas, mientras que Sordo ha defendido las medidas tomadas en los últimos años, destacando que las previsiones catastrofistas no se han cumplido.
