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Calabazas históricas en First Dates por malas artes de Antonio

La cita más tensa en la historia del dating show fue la que se vivió esta noche

La velada romántica y llena de muchos detalles amorosos, solo quedó en las mentes de Rosa y Antonio, pues fue la cita más tensa y con más calabazas en la historia de First Dates. Ambos comensales tenían en su ideal, pasárselo de lo más agradable, pero todo terminó yéndose por un barranco. Lo romántico pasó a ser el total infierno.

El primero en llegar al restaurante fue el hombre, un malagueño de 57 años que se describió como un hombre muy activo. “en mi tiempo libre me gusta bailar salsa, hacer senderismo y la playa porque vivo al lado”. Mientras la mujer, una gaditana de la misma edad que Antonio, quiere a alguien con quien despertar en las mañanas. “Me gustaría tener una pareja porque estoy cansada de levantarme todos los días sola”.

First Dates calabazas
Rosa llegó con la esperanza de encontrar un hombre con quien despertar en mañanas alegres, pero se encontró con una pesadilla.

La mujer explotó con los comentarios de Antonio y terminó por darle calabazas en First Dates

Una vez conocidos en la barra, decidieron pasar a la mesa donde empezó el verdadero calvario para la mujer. Rosa le confesó a su cita que uno de sus hábitos era el de fumar, algo que no le cayó muy bien al malagueño. luego de eso lanzó un comentario desafortunado, “¿No te vas a echar un cigarro?”, le dijo con ironía a la gaditana que se empezó a enfurecer.

La gota que colmó la copa de paciencia en la mujer, se vino en el postre, cuando el hombre le insinuó a Rosa, que las tartas engordan. Antonio no quiso el postre según él, “para guardar la línea” a lo que la pensionada le soltó “Está buenísima, no sabes lo que te pierdes”. Pero el veterano comensal le respondió eso engorda mucho”.

Las calabazas finales, Rosa no quiso una segunda cita en First Dates ni como amigos ni como nada

Luego del comentario de Antonio, la comensal no aguantó más y explotó. “Antonio, me vas a dar la cena… el tabaco, el pastel engorda: ¿Entonces qué hacemos?”. El hombre aceptó que no lo hacía en mal rollo. “Cada vez se estaba mosqueando más. Lo que pasa es que pensé que esto se me estaba yendo de las manos. Le di la razón, le dije que todo lo estaba haciendo bien y ya está” exclamó el comensal.

En la decisión final nadie se equivoco, y como era de esperarse la mujer respondió con un rotundo y clarísimo no. ¿Por qué? “porque no tenemos nada en común” sentenció Rosa. Mientras tanto el comensal quería quedar con ella como amigos pero no consiguió ni eso. “No quiero verlo ni en plan de amigos ni como nada” fueron las palabras de la gaditana antes de marcharse del restaurante.

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