Carles Aleña presiona a Coudet para salir del banquillo. Frente al Valencia, el medio podría tener su oportunidad en lugar de Toni Martínez, que llega tocado.
Ya de vuelta tras el parón internacional, el calendario liguero pondrá desafíos a las aspiraciones de los babazorros en LaLiga. En esa prueba, Coudet quiere tener a sus soldados disponibles. El primer obstáculo será el Valencia. De cara al partido en Mendizorroza, el Chacho llega con Toni Martínez en duda, ya que arrastra algunas molestias físicas. En el relevo espera Carles Aleña, que tiene todos los boletos para una nueva oportunidad en el once inicial. El ex Barça le puede aportar pausa al ritmo vertiginoso del blanquiazul.
El dilema para el estratega rosarino no es solo decidir si recupera la titularidad de Aleñá, sino también a quién sacrificar para ello. Toni Martínez aporta potencia y presión en el ataque, aunque sus molestias en el hombro generan dudas sobre su disponibilidad. La otra alternativa es sacrificar a Rebbach. El argelino ofrece velocidad y desborde, estirando al equipo, pero reduce la pausa y el control que brinda el de Mataró entre líneas. El técnico del Alavés sigue en búsqueda del equilibrio sin alterar la identidad de su equipo.
De la contención a la influencia ofensiva: el reto de Aleñá
Carles Aleñá comenzó la temporada con ínfulas de recuperar protagonismo en el centro del campo. En los ocho partidos que disputó, mostró una buena lectura del juego y precisión en los pases, aunque su influencia ofensiva sigue siendo limitada. Sus tres asistencias reflejan que puede aportar creatividad, pero no es un futbolista decisivo en el último tercio. La titularidad, que alternó con algunas suplencias, le exige mantener regularidad y liderazgo en cada acción ante un entrenador que propone una idea de juego vertiginosa.
La campaña pasada, el pivote de 27 años acumuló 24 encuentros con el Getafe CF, pero su papel fue más defensivo que creativo, sin goles ni asistencias. Ese perfil de jugador de contención y distribución de la mano de Bordalás le permitió aprender a manejar ritmos y proteger la zona media, aunque ahora en el Alavés debe combinar esa seguridad con mayor capacidad de influencia ofensiva. El desafío para él será equilibrar la responsabilidad táctica con la necesidad de ser determinante en la construcción y generación de juego, un reto clave para recuperar su mejor versión en LaLiga.
Prueba de fuego para los babazorros
El Deportivo Alavés encara un tramo de cinco jornadas que marcará el verdadero pulso de sus aspiraciones esta temporada. Tras un inicio prometedor, el equipo de Chacho Coudet debe enfrentarse a rivales de su misma categoría y demostrar que el proyecto va más allá de la mera supervivencia. La visita del Valencia, el EuroRayo y los choques frente a Espanyol y Girona servirán como termómetro: sumar puntos será clave para consolidarse en la zona media-alta y reafirmar la ambición que se respiraba desde el verano.
El calendario, con encuentros tanto en Mendizorroza como a domicilio, presenta oportunidades y retos por igual. Mientras el Valencia atraviesa un bache y el Girona lucha por salir del descenso, el Alavés debe aprovechar la ventaja de jugar tres de estos cinco duelos en casa para imponerse con autoridad. La continuidad en el once y la confianza en las bases serán determinantes, y la rotación en la Copa del Rey frente al Getxo permitirá dar minutos a los menos habituales sin perder ritmo competitivo. El Glorioso logra mantener solidez y dar ese “pasito más” que se espera de un equipo con ambición de crecer.