La baja clave de la Juventus que multiplica las opciones del Villarreal en Champions

La Juventus podría enfrentar su duelo de Champions contra el Villarreal sin Gleison Bremer. El defensa brasileño continúa entrenando al margen del grupo tras resentirse en el empate ante el Atalanta

CASTELLON. El destino, caprichoso como siempre, parece haber elegido a la Juventus para recordarle que en el fútbol no hay guion que no pueda torcerse en el último acto. Gleison Bremer, el central brasileño que se ha convertido en sostén de la defensa, arrastra molestias físicas tras el empate 1-1 contra el Atalanta. Una dolencia menor en apariencia, pero lo suficientemente seria como para mantenerlo al margen del grupo en los entrenamientos.

La coincidencia no podría ser más inoportuna, justo en vísperas del choque decisivo de Champions frente al Villarreal. Allí donde la seguridad defensiva es más valiosa que el oro, la Juve podría entrar con una grieta en su muralla. Ironía cruel, un equipo acostumbrado a presumir de solidez podría tropezar justo en el terreno que siempre dominó.

Impacto en la defensa y en el equipo

Para Igor Tudor, la ausencia de Bremer no sería un detalle anecdótico, sino un temblor en los cimientos. El defensa, tras superar una lesión previa, había vuelto con la firmeza de un roble, sosteniendo partidos de alto voltaje con la sobriedad de quien se sabe indispensable. Quitarle ahora de la ecuación es como pedirle a un arquitecto que levante un edificio sin columnas.

El Villarreal, mientras tanto, observa la situación con la serenidad del cazador que descubre que su presa ha perdido reflejos. Cada minuto que Bremer pase fuera del césped aumenta las dudas, no solo en la defensa, sino en la mente de un equipo que se había acostumbrado a su equilibrio y liderazgo.

Decisiones clave y la esperanza de futuro

La Juventus se encuentra atrapada en una disyuntiva clásica: arriesgar a Bremer y también a Khephren Thuram, quien entrena apartado tras resentirse ante el Atalanta o preservarlos en nombre de la prudencia. En ambos casos, la apuesta es alta, arriesgar su salud o arriesgar la competitividad inmediata. Una moneda al aire donde cada cara implica renuncias.

Por ahora, el club se aferra a la esperanza de que la recuperación de Bremer se complete a tiempo. El brasileño sigue siendo el faro de la defensa y, en una temporada saturada entre Serie A y Champions, su presencia equivale a oxígeno. La afición, expectante, contempla cada reporte médico como si fuera un oráculo. Y es que, en una noche europea, un solo jugador puede inclinar la balanza entre la gloria y el desencanto.