Una hoja de ruta que va más allá de un año
Ernesto Valverde afronta su última temporada en el Athletic Club con una idea clara: dejar al equipo asentado en competición europea. No es un capricho deportivo, sino un pilar económico y estructural para sostener un proyecto que va a cambiar de manos. Aunque algunas de sus declaraciones han sonado a falta de ambición o a poner límites, detrás existe una estrategia de club pensada en el largo plazo.
Europa como herramienta, no como premio esporádico
El técnico sabe que la Champions League es un destino extraordinario, no garantizado para un club con las limitaciones de la filosofía rojiblanca. Jugarla una temporada y desaparecer en la siguiente puede generar un efecto contrario: sube costes, eleva expectativas y rompe planificación.
Para Valverde, la prioridad es otra:
- Clasificar a Europa cada año, aunque sea en la Europa League o Conference.
- Generar ingresos constantes.
- Acumular experiencia internacional sin trauma competitivo.
- Reforzar el prestigio del club y su atractivo para fichar.
Es la única fórmula para construir un Athletic sostenible y fuerte dentro de su filosofía centenaria: recursos para retener talento, atraer perfiles válidos y competir con continuidad.

Transición modélica hacia Andoni Iraola
En privado, la hoja de ruta está definida: Andoni Iraola es el favorito para tomar el relevo. El objetivo de Valverde no es solo irse dejando un buen recuerdo, sino también un equipo preparado, con un vestuario estable y un proyecto reconocible para su sucesor.
- Plantilla con experiencia en Europa
- Base joven consolidada
- ADN competitivo muy marcado
- Club saneado y sin saltos económicos bruscos
Por eso algunas de sus palabras pueden sonar tibias, pero tienen una lectura interna más profunda: menos ruido y más estructura.
Un Athletic fuerte es un Athletic con Europa
Valverde quiere despedirse dejando la mesa puesta. Los athleticzales lo saben. Ibaigane también. Europa no es una copa: es la columna vertebral del futuro rojiblanco.




