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Innumerables fiestas ilegales organizadas para Nochevieja

Nos enfrentamos, seguramente, al día más complicado de toda la pandemia

Es 31 de diciembre, al fin se acaba este 2020 tan extraño. Sin embargo, el pánico en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en el Gobierno, en las diferentes alcaldías y en la conciencia de toda persona responsable que cumple las normas, es enorme. Porque es muy probable que haya innumerables fiestas ilegales organizadas esta Nochevieja.

Una Nochevieja sin cotillones, sin discotecas abiertas, con toque de queda como máximo a la 01:30 y según en que comunidad nos encontremos incluso antes. Pero al fin y al cabo, Nochevieja. Y eso hay muchas personas, en su mayoría jóvenes, que no quieren dejar pasar la oportunidad.

Fiestas ilegales Nochevieja
Fuerte dispositivo policial en Nochevieja

Fiestas ilegales el pavor de Nochevieja

La policía trabaja conjuntamente con las instituciones tanto locales, como autonómicas y nacionales, para tratar a toda costa de evitar las fiestas ilegales que se puedan haber organizado en Nochevieja. Es un día tradicionalmente de fiesta, el que más incidencias reporta de todo el año.

Es el día que más alcohol se consume y que más tarde acaba el desfase. Sin embargo, este año, la pandemia ha hecho que todo eso no vaya a ser posible. O al menos que no esté permitido. Está garantizado, sin embargo, que se den miles de fiestas ilegales que serán muy difíciles de detectar.

Las zonas rurales y alrededores de las grandes ciudades las zonas que más preocupan

Ya han anunciado que las fiestas ilegales serán castigadas con multas de hasta 600.000 euros. No se harán excepciones. Las ciudades preocupan poco, ya que al fin y al cabo, en los pisos de vecinos es muy difícil armar demasiado jaleo. Se confía más que nunca en la conocida como policía de balcón, que ya fue de gran ayuda en el confinamiento.

Sin embargo, en las zonas rurales, y en las zonas de chalets de las grandes ciudades, alejadas del mundanal ruido, es mucho más difícil de detectar. Porque hay casas muy aisladas, entre árboles, con mucho espacio como para evitar que el ruido llegue a oídos ajenos. Hay que llamar desde aquí a la responsabilidad, ya que nos jugamos todos muchísimo.