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Prestigio a la basura en La Casa de Papel por juego sucio con Nairobi

Precipitación por el dinero puede llegar a representa un claro peligro para la privacidad de famosos actores

La Casa de Papel ha sido una de las producciones más reconocidas a nivel mundial, a tal punto, en que varios personajes ajenos a la escena de la actuación han pedido participar en ella. Pero, debido a esta fama, los actores han venido siendo víctimas de personas inescrupulosas que buscan beneficio al revelar intimidades de los famosos gracias a la cercanía con ellos.

Una nueva temporada en la que muchos de los seguidores elaboran grandes teorías sobre los acontecimientos que pueden suceder en la trama de La Casa de Papel. Unos sucesos que harían pasar a algunos personajes al bando de los atracadores, dejando de lado la vertiente policial. Un hecho que encaja perfectamente con la última publicación de Mario de la Rosa, en la que aparecía vestido con el atuendo de un miembro de la banda y con un enigmático mensaje que alimenta dicha posibilidad.

Con ello, las expectativas de la próxima temporada de La Casa de Papel aumentan considerablemente entre los millones de seguidores que tiene la ficción en todo el mundo. Por ello, los actores y actrices viven un momento de gloria, a pesar de ser rostros muy conocidos y, a consecuencia, controlados por todo el mundo.

Un aspecto que le ha jugado mala pasada a Jaime Lorente María Pedraza en este período de cuarentena. La pareja ha sido fotografiada por una vecina indiscreta para posteriormente conseguir beneficio vendiendo dichas instantáneas a los medios de la prensa rosa. Un hecho que los actores de La Casa de Papel ya han denunciado a la policía.

Lastimosamente este tipo de acciones podrían ser parte del diario vivir de los actores que tendrán que cuidar un poco más su privacidad. Las imágenes que se puedan filtrar y conseguir de ellos en distintas situaciones, cada día irán tomando más valor, al mismo tiempo en que la venta de estas para portales amarillistas sigan alimentando el morbo de los lectores.

Manos Limpias Begoña Gómez