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First dates: la contundencia de Sara inunda el corazón de Carlos

La supersticiosa comensal que no se ablandó en nada

Hoy en la lotería de First Dates tuvimos a una supersticiosa comensal de nombre Sara, que acudió al dating show porque el destino se lo dictaba. Y es que la chica piensa que todo pasa por algo y nunca deja nada al azar. No pasa por debajo de escaleras, no se corta las uñas en los días que tengan la palabra R, y una vez se cruzó con un gato negro y tuvo que pedir ayuda.

Luego de la presentación de la malagueña, por las puertas del restaurante se vio entrar a un hombre con un estilo único y muy llamativo. Carlos confesó que le gusta la ropa de tallas grandes pues lo hace sentir cómodo. Sin embargo, a la chica no le gustó su outfit y no tuvo pelos en la lengua para decirle que no le gustaba.

first dates Sara
Ni el color amarillo que traía Carlos logró calmar los nervios de Sara

La sinceridad puede llegar a ser cruel y eso lo comprobó Carlos con la supersticiosa de Sara en First Dates

Está bien que a alguien no le gusta su cita por diferentes razones. Su físico, su apariencia, su estilo y en este caso, la ropa. Pero otra muy distinta es que la persona se lo vaya soltando en la cara y en la primera cita. Pues eso fue lo que pasó cuando Sara le empezó a dar sablazos en forma de palabras, diciendo que no le gustaba para nada el estilo de Carlos.

El asturiano se sintió bastante mal y no lo ocultó ante las cámaras. “me he sentido pequeñito”. Aún así, el comensal tuvo la valentía y el coraje de seguir adelante con la cita para saber como terminaría. Pues lo irónico del asunto es que después de un intercambio de palabras, la velada tuvo un revés para mejorar.

A pesar de los dardos de Sara, en la decisión final Carlos quería una segunda cita con ella afuera de First Dates

Desde que la chica empezó a atacar a Carlos por su estilo, forma de llevar el cabello y demás, el 90% de la gente intuyó que la cita terminaría de la peor manera. Pues el 10% restante acertó en decir que la cita cambiaría porque así fue. El gijonés describió a su cita como una mujer Fría e intimidante”. Lo peor de todo es que eso le gustaba a él.

Que al chico le gustase las mujeres que lo tratan así como lo hizo Sara durante la velada en First Dates es algo común en algunos hombres. Pero que a una chica que todo el rato se la pasó tirando dardos porque no le gustaba el estilo ni la apariencia de Carlos quiera tener una segunda cita, es algo bastante anormal.

Las apariencias también son muy importantes para Paula

En esta ocasión fuimos testigos de una cita entre una pareja dispareja en First Dates, conformada por la santa Paula y el malote Max. La sevillana fue la primera en entrar al restaurante de Cuatro, y en su presentación dejó claro que está buscando un hombre “normal” para tener una relación seria y porqué no confirmar una familia.

Está claro que Paula va con todo y no viene a vacilar al dating show. Pero cuando vio entrando a Max se le vino el mundo encima. Su estado de shock solo podía traducir dos cosas, o le gustó mucho o no le gustó para nada. Al parecer fue lo primero, ya que luego de que este se acercó a la barra la chica emitió una tímida sonrisa.

Para todo hay una primera vez y Paula lo comprobó en First Dates

El gallego de pelo rubio, piercings y tatuajes parece que le gustó a la sevillana, que aseguró que nunca había estado con un hombre así. “Nunca he estado con nadie que sea así, siempre he estado con alguien muy parecido a mi, muy normal, sin tatuajes, sin piercings…” Bueno querida, para todo hay una primera vez.

En cuanto a lo que pensaba él, admitió que le gusto esa ternura de Paula y su “mirada transparente”. Ya de entrada el físico del gallego le gustaba a ella en otra forma, pero cuando intercambiaron palabras, la personalidad arrolladora terminó de seducir a la indecisa mujer. Max le habló de que es muy responsable en todo lo que hace, y que hace las cosas con pasión.

Las apariencias engañan, esa fue la lección que aprendió Paula en First Dates

El chico malote que entró por las puertas del restaurante, luciendo sus tatuajes y piercings, resultó ser más sensible de lo que Paula creía. Y es que en un momento de la cita, la chica le preguntó por su tatuaje en el rostro que decía familia, y este confesó que desde muy niño supo que era adoptado y había nacido en Ucrania.

Otra cosa que dejó impactada a Paula fue el hecho de saber que Max sufre de ansiedad a causa de algunos trastornos infantiles. “Lo ha tenido que pasar realmente mal” decía la sevillana ante las cámaras. Lo que empezó un poco chueco terminó más firme y recto que nunca ya que ambos accedieron a tener una segunda cita.